La sequía y la falta de trasvases ponen en riesgo la huerta de Europa

Los agricultores de Alicante reducen sus cultivos por la penuria para regar y peligran las pujantes exportaciones

Ginés Pascual, muestra los efectos del agua de mala calidad en sus cultivos de cítricos SERGIO SOLER

J. L. FERNÁNDEZ

Uno de los mejores «embajadores» de la marca España en los mercados exteriores, sus hortalizas y frutas del sureste entre Alicante y Murcia , hasta el punto de haberse convertido desde hace años en la auténtica huerta de Europa , tiene su futuro hipotecado por falta de recursos hídricos. La sequía de récord –el año pasado se registró la estadística más baja del último siglo– y la falta de trasvases del Tajo al Segura al reducirse las reservas también en el centro peninsular han disparado ya las alertas y se ha reducido la superficie de cultivo para este año. Y la desalación no lo solventa ni por volumen ni calidad.

Visto en perspectiva, el campo alicantino todavía no ha recuperado sus mejores cifras de antes de la crisis, con casi 1,8 millones de toneladas de producción por un valor de 608 millones de euros cosechadas en 171.437 hectáreas, si bien durante la recesión aguantó el tirón como uno de los pocos sectores económicos pujante gracias a las exportaciones.

Esta solidez por la demanda de consumidores centroeuropeos y la mejora del rendimiento de las explotaciones hacían presagiar nuevos crecimientos. «Frutas y hortalizas, y otros cultivos como el olivar o el almendro registran un periodo propicio en cuanto a las cotizaciones en campo, con una mejora de precios anual del 4%, lo que animó a los agricultores a plantar más», resumen en su último balance de 2015 desde Jóvenes Agricultores Asaja-Alicante. No obstante, desde octubre prácticamente no han recibido agua desde el Tajo , solo dos hectómetros cúbicos aprobados por el Ministerio de Agricultura en febrero y 12,5 para marzo, abril y mayo –aún pendientes– después de que las transferencias en noviembre y diciembre, de mínimos, se destinarán exclusivamente a abastecimiento urbano de la población, 2,5 millones de habitantes en 80 munipios alicantinos y murcianos.

Menos plantaciones

En enero se llegó a la situación extrema del trasvase cero , sin agua ni para riego ni para el uso doméstico. Mientras empresarios y expertos de las universidades alicantinos unieron sus fuerzas en el llamado Foro del Agua, con vocación reivindicadora del Tajo-Segura, y los sindicatos de regantes protagonizaron un acto en su defensa, la Junta de Castilla-La Mancha, gobernada por el socialista Emiliano García-Page, mantiene varios recursos en los tribunales para derogarlo.

Ante este panorama, los agricultores optan por plantar menos para la campaña de verano, la más importante , y apuran sus últimos recursos con agua de baja calidad, por la conductividad excesiva y salinidad en el caso de las extracciones de pozos, o por las propiedades no aptas para ciertos cultivos del caudal de la desalación. Los posibles efectos sobre estos alimentos están por ver, por merma de la producción y pérdida de sabor.

Destrucción de empleo

Aparte de que lo empiece a notar el paladar de los consumidores en sus hogares, un hipotético parón de los trasvases para riego sin alternativas, con la desalación al tope de sus posibilidades, puede ser un desastre para el empleo . El presidente de la Diputación de Alicante, el popular César Sánchez , evalúa en más de 40.000 los puestos de trabajo que se destruirían y unas pérdidas de 650 millones de euros . Sin contar en Murcia y Almería.

Otra repercusión es la desertificación , que ya afecta a un tercio del suelo de la provincia, según estudios del Ministerio de Medio Ambiente. Y expertos como Jesús Reina , del Colegio de Ingenieros de Montes, alertan de que el cambio climático agravará esta degradación, que ya se deja sentir en «mermas» de producción agraria.

El suministro en los hogares está garantizado por ahora, si bien el delegado del Gobierno en Murcia y presidente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Adolfo Gallardo, alerta de que no pueden fallar ninguna de las «tres fuentes» de las que se abastecen: los trasvases Tajo-Segura, el río Taibilla y las desaladoras (3) y plantas potabilizadoras (6). Aun les queda margen, cierta «holgura» para desalar agua del mar, «pero sin trasvases se agotarán las reservas en unos meses », augura.

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