Una semana después del terremoto en México: casi cien muertos tras el sismo

Las últimas cifras oficiales dejan un saldo de 98 fallecidos por el movimiento telúrico.

Adrián Espallargas

Pasa una semana desde que el sismo de intensidad 8,2 grados en la escala de Richter hiciera temblar ferozmente el centro y sur de México. Y, hasta ahora, van ya casi un centenar de víctimas -98 fallecidos- desde que se realizó el último conteo oficial sobre un desastre que ha devastado varios municipios en el sur del país.

Además de los casi cien fallecidos y decenas de heridos, se suman más de 16.000 viviendas destruidas, dejando a sus inquilinos a la intemperie.

Se trata del terremoto de mayor intensidad que ha experimentado el país en su historia, pero no ha sido tan destructor como aquel sismo que tuvo lugar en 1985 y que provocó más de 10.000 muertos. Si bien el terremoto del pasado jueves 8 de septiembre afectó sobre todo a los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco; el de hace más de tres décadas derruyó gran parte de la Ciudad de México, por lo que este último sismo ha avivado al país los recuerdos de ese terrible temblor que retorno a la memoria colectiva como vueleve El Fantasma de las Navidades Pasadas.

La ciudad más afectada por el sismo fue Juchitán, un pequeño municipio de 70.000 habitantes donde ocurrieron más de la mitad de las víctimas mortales. La destrucción en la ciudad ha sido tan potente que cientos de personas han perdido sus casas y, mientras la ayuda llega a cuentagotas, duermen al aire libre en descampados y parques. «Tenemos mucho miedo y no sabemos qué vamos a hacer», dijo a ABC Tania Matus, una habitante de este pueblo cuya casa fue derrumbada por el temblor.

La prensa local denuncia que en el pueblo se ha instaurado una situación de inseguridad. Según el diario Proceso, los habitantes se protegen con armas blancas de los ladrones que tratan de arrebatarles los pocos objetos de valor -o la comida- que les queda a los supervivientes. Muchas personas han perdido todo, por lo que la necesidad apremia en el sur de México y, de no ser atendida, podría hacer que las cosas empeoraran aún más en la región.

Ejército, policía, Protección Civil y ONGs como Cruz Roja trabajan a toda velocidad por atender a los miles de afectados por el terremoto.

Es más, la Secretaría de Defensa Nacional anunció ayer la creación de un puente aéreo humanitario para hacer llegar la ayuda con mayor celeridad. Para ello, el organismo ha sumado a sus efectivos dos aviones Hércules y más de 1.000 unidades del Ejército mexicano.

Además de ser una de las zonas más pobres de todo México, estos tres estados sureños se hayan en una zona montañosa y alejada de la capital del país, lo que dificulta las labores de reparación. Por ejemplo, se tardan más de 10 horas en llegar por carretera desde Ciudad de México hasta Juchitán, mientras que desde Oaxaca de Juárez, la capital de este estado, el viaje es de 4 horas y 40 minutos.

Sin embargo, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, se presentó en el municipio tan sólo dos días después de la catástrofe para realizar un análisis preliminar de la situación. Peña Nieto recorrió las calles de Juchitán y se reunió con diversas autoridades locales. Asimismo, el presidente declaró que el 7 de septiembre pasaría a ser día de luto nacional para recordar a las víctimas que fallecieron en esta terrible catástrofe.

Y con el fin de dar más apoyo a las zonas que fueron arrasadas por el temblor, el Gobierno del país norteamericano emitió un comunicado esta semana en el que indicaba que retiraba su ofrecimiento de ayuda al estado de Texas para apoyar en los trabajos de recuperación después de que el huracán Harvey azotó el sureño estado de Estados Unidos.

El canciller azteca, Luis Videgaray, había hablado hace dos semanas con el gobernador de Texas para decirle que podía contar con el apoyo de México. Pero el golpe del terremoto ha trastocado los planes del Ejecutivo mexicano que buscaba suavizar las tensas relaciones que mantiene con su vecino del norte desde que Donald Trump es presidente.

El terremoto de hace una semana ha sido el que peor saldo de víctimas ha dejado en el último mes en México.

Sin embargo, no es el único fenómeno de la naturaleza que ha dañado al país en septiembre. Primero fue el huracán Katia, que golpeó la oriental costa de Veracruz y destruyó a su paso unas 25.387 viviendas y dejó a más de 101.549 personas afectadas.

Igualmente, esta semana el ciclón Max azotó la occidental costa del estado de Guerrero y se calcula que dejó más de 600 casas inundadas, ya que una vez que perdió fuerza tras tocar tierra y terminó por convertirse en una tormenta.

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