«Gao kao»: la Selectividad china, blindada contra las «chuletas» y el coronavirus

Con un mes de retraso y tras haber perdido la mitad del curso por la pandemia, casi once millones de estudiantes se examinan de las trascendentales pruebas de acceso a la universidad

Casi once millones de estudiantes han empezado este martes la Selectividad china AFP
Pablo M. Díez

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A los nervios propios de un examen se suma este año el miedo al coronavirus. Con un mes de retraso y la mitad del curso perdido por la pandemia , casi once millones de estudiantes han empezado este martes la Selectividad china. El «gao kao», como se conoce a estas temidas pruebas de acceso a la universidad, es un momento crucial para los alumnos de este país , ya que determina en gran medida su vida en una sociedad hipercompetitiva y con una enorme presión en los estudios.

Este año, el examen se presenta con más tensión si cabe por la enfermedad Covid-19. Primero, la epidemia obligó a cortar las clases tras las vacaciones del Año Nuevo Lunar, entre febrero y finales de abril, y luego ha forzado unas draconianas medidas de seguridad para impedir los contagios durante los dos días que dura la prueba en la mayor parte del país . En las dos semanas previas, los alumnos han tenido que informar de su temperatura para acreditar que no tienen fiebre y los profesores y personal de los institutos se han sometido al test del ácido nucleico.

Antes de acceder a las aulas, cuyo número se ha incrementado para guardar la distancia de seguridad entre los pupitres, los alumnos han pasado por controles de temperatura y tenido a su disposición geles y mascarillas para garantizar su seguridad. Además de vigilarlos para que no se copien o saquen «chuletas», los profesores han de estar atentos por si tosen o no se encuentran bien.

En Pekín, donde estalló hace un mes un rebrote en su mayor mercado de abastos que ya está controlado , los 132 colegios donde tienen lugar los exámenes contarán con un médico de la Comisión Municipal de Salud o del Centro de Control y Prevención de Enfermedades por si surge algún problema. Repartidos en 2.867 aulas, y con tres clases más en cada instituto para posibles emergencias, este año se presentan al «gao kao» 49.225 estudiantes en la capital, donde las pruebas durarán hasta el viernes.

En la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia, participan 390.000 estudiantes y docentes, que también han tenido que tomarse la temperatura en las dos últimas semanas, según informa la agencia estatal de noticias Xinhua. Si algún alumno presenta síntomas fuera de lo normal, debe hacer el examen aislado en una clase para impedir posibles infecciones. Para proteger a los estudiantes, las autoridades de Wuhan, la capital provincial que fue la «zona cero» del coronavirus, han preparado 220.000 mascarillas para los 59.000 estudiantes que se presentan al examen.

Debido al cierre de los colegios por la epidemia y a las clases impartidas por internet, sobre todo en Pekín tras el rebrote del mes pasado, muchos aspirantes temen no haberse preparado bien en esta ocasión. Junto al temor a contagiarse por la aglomeración de tantas personas, se trata de una presión añadida a esta prueba que, dependiendo de la nota final, determinará la universidad donde puedan estudiar y, por extensión, el resto de sus vidas. A esta generación, más que a ninguna, el coronavirus les decidirá el futuro.

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