¿Seguiremos necesitando dosis de refuerzo de la vacuna del Covid-19?
La Comisión de Salud Pública ha aprobado este jueves administrar una cuarta dosis de la vacuna contra el COVID-19 a las personas mayores de 80 años y a quienes vivan internas en residencias
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La Comisión de Salud Pública ha aprobado esta semana la administración de una segunda dosis de recuerdo en la población más vulnerable , sobre todo, en personas que viven en residencias y mayores de 80 años. Este segundo pinchazo de refuerzo –que sería el cuarto en total– no será inmediato sino que «deberá establecerse el momento más apropiado según la situación epidemiológica».
Esta msima semana una versión rediseñada de la vacuna de refuerzo contra el Covid-19 de Moderna brindó una respuesta inmune más fuerte que la vacuna original de la compañía contra la variante ómicron, según datos de un nuevo estudio difundido por la empresa biotecnológica. La empresa de Massachusetts, EE.UU., dijo en un comunicado que presentará datos preliminares del estudio a los reguladores de salud de EE.UU. en las próximas semanas con la esperanza de que la inyección de refuerzo modificada esté disponible a fines del verano.
Los investigadores encontraron que los niveles de anticuerpos neutralizantes contra ómicron entre las personas que recibieron la vacuna modificada aumentaron ocho veces en relación a las personas que recibieron una dosis de refuerzo de la vacuna original, anunció Moderna.
Efectividad de la vacuna
Tanto los estudios de laboratorio como las tasas de infección sugieren que el virus que causa el Covid-19 ha mutado lo suficiente como para escapar a parte de la protección proporcionada por la primera ronda de vacunas. Sin embargo, siguen siendo aproximadamente un 90% efectivas contra la hospitalización después de una tercera dosis, cayendo a alrededor del 75% después de aproximadamente tres meses, según la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido.
La eficacia de las terceras dosis de las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna disminuye considerablemente al cuarto mes de su administración, según un estudio de enero de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Este efecto era bien conocido tras la administración de dos dosis de estas vacunas, pero había sido poco estudiado después de la tercera.
La capacidad de nuestro cuerpo para bloquear el virus del Covid-19 disminuye después de una vacuna o de la infección. Pero la capacidad de evitar enfermedades más graves dura más tiempo. Es probable que parte de esto tenga que ver con los diferentes tipos de inmunidad que desarrollamos, según el microbiólogo Simon Clarke. Los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario para algunos virus, después de una infección o una vacuna, se desvanecen con relativa rapidez. Pero a menudo dejan células T más lentas y duraderas. Estas no evitarán contraer la infección, pero pueden evitar enfermar.
Así, los anticuerpos pueden no evitar el contagio, pero sí que se afiance más profundamente en el cuerpo, protegiéndolo de desarrollar una enfermedad más grave.
Necesidad de refuerzos
La OMS dijo en enero que «es poco probable que las dosis repetidas de refuerzo de la composición original de la vacuna sean apropiadas o sostenibles». Muchos países de ingresos más altos han ofrecido una tercera dosis de vacuna a todos, pero cuando se trata de una cuarta dosis y dosis adicionales, la mayoría de ellas se han dirigido a grupos vulnerables.
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