Sant Llorenç, año 1 tras la tragedia

El municipio mallorquín más afectado por las trágicas inundaciones del 9 de octubre hace balance humano y político de aquellos días

Los soldados de la UME pasaron la fiesta del Pilar del año pasado en Sant Llorenç des Cardassar REUTERS

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Hace justo un año, el 9 de octubre de 2018, las torrenciales lluvias caídas sobre el municipio mallorquín de Sant Llorenç des Cardassar dejaron un trágico balance de 13 víctimas mortales, decenas de familias sin hogar, numerosos vehículos destrozados y cuantiosas pérdidas materiales. Doce meses después, ABC hace un balance humano y político de aquellos días. «Hoy ya no quedan huellas físicas de lo que pasó, pero es verdad que cada vez que miras al cielo y ves unas pocas nubes negras, te angustias», explica Bernat Brunet , de 66 años, vecino de la localidad.

El hecho determinante en la catástrofe vivida en Sant Llorenç fue el desbordamiento del torrente de la citada localidad, que ocurrió a última hora de la tarde del 9 de octubre. Hace un año, Brunet tenía alquilada una segunda casa en el centro del pueblo. «El agua alcanzó allí los 1,20 metros de altura» recuerda, para añadir: «Tuve que arreglar luego toda la casa». Otros municipios que también se vieron afectados aquel día por las fortísimas precipitaciones caídas sobre el noreste de la isla fueron Artà, Capdepera, Manacor y Son Servera.

Los daños materiales fueron enormes en la riada EFE

Desde el primer momento, fue decisiva la ayuda de la Guardia Civil, los bomberos del Consell de Mallorca, efectivos del 061, Protección Civil, Salvamento Marítimo, Policía Local, Policía Nacional y Dirección General de Emergencias. Sin su abnegado y encomiable esfuerzo, los efectos de las riadas hubieran sido aún mucho más devastadores a todos los niveles. A esa gran labor profesional conjunta se sumó, a las pocas horas, la tarea desarrollada por la Unidad Militar de Emergencias (UME). Cabe destacar también las muestras de solidaridad protagonizadas por los cientos de voluntarios que durante días estuvieron trabajando en las zonas afectadas, en especial en Sant Llorenç .

Recuerdos personales

Una de las imágenes que dio la vuelta al mundo en aquellos días fue la del tenista Rafa Nadal en Sant Llorenç, ayudando en las tareas de limpieza, como un voluntario más. Nadal donó, además, un millón de euros para los afectados. Cabe recalcar también la visita que los Reyes hicieron a Mallorca el 12 de octubre para hablar directamente con los afectados por la tragedia. Unos días después, el 17 de octubre, acudieron además a la misa funeral, celebrada en Manacor.

«Toda esa solidaridad es algo que no olvidaremos nunca y que nos dio mucha fuerza», recuerda María Garrovera, de 67 años, visiblemente emocionada . «En el pueblo viven muchas personas solas, como yo misma, por lo que esa ayuda fue esencial», explica. «Aquel día, por casualidad, no me encontraba en el pueblo», rememora en su conversación con este diario. Su vivienda apenas se vio afectada por el agua, aunque sufrió desperfectos en el tejado. «Ha pasado ya un año, sí, pero todavía hay vecinos que están haciendo obras en sus casas», apostilla.

Un vecino que vive en las afueras de Sant Llorenç, Alejandro, de 45 años, recuerda también hoy con agradecimiento aquel multitudinario respaldo altruista. «Fue increíble», indica. Asimismo, explica que aquel 9 de octubre pasó con su vehículo por las inmediaciones del pueblo media hora antes de que se desbordase el torrente. «Llovía muchísimo y mi madre me dijo: "No vengas hoy a verme"» . Afortunadamente, le hizo caso. Preguntado acerca de las actuaciones llevadas a cabo por las instituciones en estos últimos doce meses, Alejandro responde que «siempre se puede hacer más, si bien es todo muy complicado».

Labores de limpieza en Sant Llorenç des Cardessar tras la riada EFE

Controversias políticas

Las dos cuestiones que inicialmente generaron una mayor controversia política y mediática fueron si se podría haber previsto de alguna manera lo que sucedió y si la respuesta del Ejecutivo presidido por la socialista Francina Armengol fue rápida y eficaz. La entonces consejera de Administraciones Públicas, Catalina Cladera, defendió el 23 de octubre en el Parlamento regional que el Govern actuó «desde el primer momento» tras tener conocimiento de los primeros incidentes graves. Esa explicación fue puesta parcialmente en duda por el PP, formación que también recordó que desde hacía tiempo se venía denunciando una carencia de medios en el Servicio de Emergencias 112. Además, los populares solicitaron entonces al Govern toda la documentación existente sobre la catástrofe.

Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) llevó a cabo una investigación interna sobre su propia actuación aquel 9 de octubre, cuyos resultados se dieron a conocer a finales de ese mismo mes. Su conclusión fue que la Aemet actuó de manera correcta a la hora de activar las distintas alertas —amarilla, naranja y roja—, ya que «los actuales protocolos de actuación se cumplieron» y además «existió una coordinación adecuada entre las distintas unidades implicadas».

La alerta amarilla para Mallorca fue prevista por la Aemet el lunes 8 de octubre y confirmada en la mañana del martes 9 de octubre. Por la tarde, a las 18.53 horas, se pasó a la alerta naranja, poco antes de que se desbordase el torrente de Sant Llorenç. Finalmente, el aviso de alerta roja se produjo a las 22.01 horas, cuando habían caído ya más de 200 litros por metro cuadrado en las principales zonas afectadas.

Informes y subvenciones

En enero de este año, la consejera Cladera presentó el informe definitivo del Govern sobre todas las actuaciones llevadas a cabo el 9 de octubre. El Ejecutivo regional reconocía en dicho informe que hubo falta de previsión y de medios, aunque la organización de la respuesta tras las inundaciones fue «muy buena, rápida y proporcionada a los hechos» y hubo «mucha entrega de los efectivos implicados». En el apartado de conclusiones, se recomendaba la creación de forma «prioritaria» de un ente público para aglutinar todos los servicios de «prevención, gestión y respuesta de emergencias», eliminando duplicidades. El documento del Govern coincidía, en sus aspectos positivos, con el informe elaborado por la Guardia Civil en noviembre, que concluía haciendo «una evaluación positiva de las capacidades de respuesta ante la contingencia presentada».

Por otro lado, a día de hoy, el Gobierno balear ha abonado ya 10,3 millones de euros en ayudas directas para particulares y empresas. A esa cifra hay que sumar los 3,2 millones en subvenciones que el Govern ha destinado a Sant Llorenç, Artà, Capdepera, Son Servera y Manacor para la reparación de daños en instalaciones y equipamientos públicos. Además, el Ejecutivo regional previó una inversión total de 28,2 millones de euros en reparación de torrentes y cauces. Por lo que respecta al Consell de Mallorca, que hace un año presidía Miquel Ensenyat —MÉS— y ahora preside precisamente Cladera, ha destinado un total de 23,4 millones a la reconstrucción de puentes y carreteras.

En ese contexto, cabe recordar que, hasta el momento, el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez no ha empezado a aportar aún ninguna cantidad de los 20 millones de euros que tenía previsto otorgar en total a los consistorios de los cinco municipios afectados, así como también al Consell de Mallorca. El proceso administrativo para que dichas instituciones pudieran solicitar al Gobierno central las ayudas que les corresponden se demoró y no se inició hasta el pasado mes de septiembre. Por ello, el Parlamento balear aprobó el pasado miércoles una proposición no de ley presentada por el PP relativa a la necesidad del «pago inmediato» de las ayudas estatales prometidas.

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