Los sacerdotes ortodoxos rusos pondrán fin a la tradición de bendecir armas de destrucción masiva
Los promotores de la iniciativa defienden que las bendiciones continúen cuando se trate de los oficiales, soldados o reclutas
La tradición de bendecir las armas de las tropas se remonta en Rusia «por lo menos al siglo XII», se señala en el documento elaborado por una comisión del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa dado a conocer esta semana. Desde aquel entonces las espadas de los príncipes rusos eran rociadas por los sacerdotes con agua bendita. Con el paso del tiempo, el ritual alcanzó a otros tipos de armas hasta llegar al comienzo del mandato del presidente Vladímir Putin, cuando se convirtió en costumbre santificar también cohetes nucleares u otro tipo de armamentos de destrucción masiva .
Pero los prelados rusos desean acabar ya con ésta práctica. En el anuncio publicado el martes por la comisión encargada de redactar la nueva norma eclesiástica se asevera que « debe excluirse de la práctica pastoral el rito de la bendición de cualquier tipo de arma que lleve a la muerte de una cantidad amplia e indiscriminada de personas, lo que incluye (...) las armas de destrucción masiva, ya que esto no refleja la tradición de la Iglesia Ortodoxa».
En el texto se propone el inicio de una discusión abierta a los feligreses y al conjunto de la sociedad rusa para dirimir el asunto y adoptar una decisión. Después, los fieles y la jerarquía eclesiástica, con el Patriarca Kiril a la cabeza, deberán recoger todos los puntos de vista y someterlos a debate antes del 1 de junio del presente año .
Eso sí, los promotores de la iniciativa defienden que las bendiciones continúen cuando se trate de los propios oficiales, soldados o reclutas y los medios de transporte que empleen en sus operaciones. Así mismo, se subraya que «cuando la Patria se encuentra en peligro, su defensa con las armas en la mano sí será bendecida por la Iglesia».
La práctica de bendecir misiles con carga atómica, submarinos, aviones de combate, tanques o lanzaderas de cohetes se popularizó especialmente tras llegada de Putin al Kremlin en el año 2000. Estos rituales tuvieron desde entonces una amplia cobertura en los medios de comunicación públicos de Rusia y se llegaron a convertir en un sello de identidad del país y de su máximo dirigente.
Sin embargo, el llamamiento hecho por el Patriarca a votar a Putin en los comicios de 2012 y el duro castigo que sufrieron varias de la integrantes del grupo Pussy Riot por organizar un desacertado concierto de rock en el interior de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, han erosionado en cierta medida la imagen del clero ruso. En este contexto muchos fieles han considerado que la bendición de armas es un gesto encaminado a satisfacer las ansias militaristas de las autoridades y no debe tener cabida en una religión que proclama la piedad y la misericordia.