El sacerdote Julián Carrón adelanta su renuncia al frente de Comunión y Liberación tras 16 años
Desea que cada miembro de CL «asuma la responsabilidad del carisma» y tenga más «libertad» para elegir su sucesor
Aunque las nuevas normas del Vaticano, que limitan a dos quinquenios sucesivos los mandatos en los movimientos, dan un plazo de relevo hasta septiembre de 2023, el sacerdote español Julián Carrón , presidente de Comunión y Liberación, ha dimitido este lunes para facilitar que « el cambio de líderes pedido por el Santo Padre se desarrolle con la libertad que el proceso requiere ».
Julián Carrón , elegido personalmente por el fundador, don Luigi Giussani, para sucederle a su fallecimiento, tomó el relevo en 2005 y ha sido reelegido como presidente de Comunión y Liberación en 2008, 2014 y de nuevo 2020 por otro mandato de seis años.
Según las normas promulgada por el papa Francisco el 11 de septiembre pasado, no puede terminarlo pues lleva ya dieciséis años al frente de CL.
En lugar de esperar a septiembre de 2023, Carrón ha preferido retirarse ahora para facilitar que « cada uno asuma en primera persona la responsabilidad del carisma » viviendo esta etapa de relevo «como ocasión de crecimiento de vuestra conciencia eclesial», según su carta -breve y escueta, como siempre- a todos los miembros del movimiento.
A sus 71 años y después de haber llevado a cabo la difícil tarea de suceder al fundador, el último servicio del sacerdote español es facilitar la maduración interna del movimiento, entregando cuanto antes a los miembros la tarea de buscar un nuevo presidente.
La retirada de escena de Julián Carrón facilita el trabajo del « delegado especial » nombrado por el Papa el pasado mes de septiembre para asumir la dirección de «Memores Domini», los laicos y laicas consagrados del movimiento.
Francisco cesó a todos los directivos y entregó el mandato de gobierno provisional al arzobispo de Tarento, Filippo Santoro , de Comunión y Liberación, con la ayuda del canonista Gianfranco Ghirlanda, jesuita, para los asuntos jurídicos.
Ni la Santa Sede ni Comunión y Liberación han explicado los motivos de esta decisión del Papa que responde, como en otros muchos casos, a malas prácticas de gobierno o a problemas internos de la familia espiritual.
Tanto Benedicto XVI como Francisco valoran extraordinariamente el carisma laical de don Luigi Giussani y han escrito, en su etapa de cardenales, artículos para difundirlo entre los fieles. Las cuatro laicas que se ocupan de administrar la residencia de Benedicto XVI desde que fue elegido Papa hasta el día de hoy son miembros de Memores Domini.
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