Resistencia antiindependentista en la Universidad Autónoma de Barcelona
Estudiantes del centro se asocian para luchar «contra las imposiciones del procés en los campus»
Pocos universitarios se han atrevido hasta ahora a verbalizar su rechazo a «las imposiciones» de los defensores de la independencia. El silencio ha reinado en los campus, plagados de «esteladas» y pancartas a favor del «procés». Después de vivir «en modo off» dos tensas huelgas y varias jornadas de movilizaciones, algunos estudiantes se atreven ahora a dar un paso al frente y a organizarse para, según explican en declaraciones a ABC, «que no vuelvan a pisotear nuestros derechos». Entre ellos, recuerdan, «el de no secundar una huelga» de la que no comparten los motivos.
Andrea Haro, estudiante de cuarto curso de Ciencias Políticas y Derecho, que durante años había compartido las tesis del movimiento independentista, encabeza esta «resistencia visible» en el campus de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), una de las que ha vivido «más intensamente» los paros de estos días y en la que más violentas han sido las acciones de los piquetes. La nueva asociación estudiantil para la que todavía no hay nombre -se baraja el de «Unión de Estudiantes»-, agrupa, por el momento a una veintena de alumnos, y «espera incorporar también a varios profesores que ven con buenos ojos la iniciativa», según avanza Haro.
El objetivo de esta organización, la primera de estudiantes destinada a reivindicar los derechos de «todos los estudiantes sin excepción», es «que no haya una sola voz en la UAB monopolizada por los estudiantes independentistas de izquierda», según precisan sus organizadores.
«Debemos ser valientes»
Andrea Haro, portavoz de la asociación naciente, sabe que vendrán tiempos difíciles. Por este motivo, según afirma, «debemos ser valientes y luchar para que en las universidades se fomente el debate y la pluralidad y no se impongan los derechos de unos por encima de los de otros» . Sabe de lo que habla, porque ha sufrido en primera persona los ataques de los piquetes que han actuado en su universidad durante las huelgas que precedieron y sucedieron al referéndum ilegal del 1-O.
«No hay derecho a que intentes hacer clase, porque quieres, porque no compartes los motivos de la huelga y, además porque tu profesor también lo quiere, y te veas increpada por unos radicales que, simplemente, no comparten tu opinión», denuncia la estudiante. Recuerda, en declaraciones a este medio, cómo el 28 de septiembre tuvo que salir del aula porque un grupo de alumnos irrumpieron repentinamente en la clase haciendo ruido y tildando a los alumnos de «reacccionarios» y «totalitarios». La estudiante denuncia también la falta de contundencia de la Universidad ante estas situaciones.
Más allá de cuestiones académicas, en la lucha de Andrea hay un componente ideológico y personal. Esta universitaria catalana, como otros muchos jóvenes que han permanecido silentes en estos días tan convulsos, reivindica su «sentimiento de identidad» a su tierra. Por ese motivo, según afirma, no está dispuesta a que la califiquen de «catalana de segunda», «solo por no avalar las tesis de los independentistas». «Mi compromiso con la causa catalanista sigue siendo importante, aunque los últimos acontecimientos políticos sucedidos en Cataluña me han abierto los ojos».
Su desafección al «procés» se remonta, según precisa, a las elecciones autonómicas del 27 de septiembre del 2015. «Me desengañé al ver el uso político que determinadas formaciones políticas hicieron de los resultados», admite. Por encima de cualquier planetamiento ideológico, Andrea defiende «los derechos individuales» y la «libertad de expresión», algo que, según afirma, «la izquierda radical no parece estar dispuesta a respetar a tenor de lo que he visto estos días en este campus».
También, jóvenes de Sociedad Civil Catalana (SCC), entidad que ha visto coartada su libertad de expresión en este campus, han decidido alzar la voz y reivindicar los derechos de todos los universitarios que durante años han resistido en silencio. Hoy, esta entidad, algunos de cuyos miembros también forman parte de la nueva asociación, ha convocado una protesta a las 19.00 horas en la plaza cívica del campus bajo el lema «Universidad de todos». «Queremos reivindicar una universidad sin piquetes violentos, sin agresiones, en la que haya pluralidad», indican a este diario poravoces de SCC.
Pasividad en la Universidad
Desde el profesorado, también se han alzado voces críticas contra la «inacción» de la UAB ante la «imposición de las huelgas». En el paro del pasado día 3 de octubre, la profesora titular de Medios de Comunicación y Cultura de la UAB, Isabel Fernández Alonso, envió a la rectora, Margarida Arboix, una carta en la que le recordaba que una universidad debe ser neutral y fomentar el debate político desde la serenidad en lugar de azuzar a los alumnos.
En una entrevista concedida a ABC, Fernández denunció la «pasividad» de la universidad» ante «las acciones violentas de algunos estudiantes que agreden a otros solo por pensar de manera distinta». No fue la única que los denunció: otros profesores de la UAB como Rafael Arenas, de la Faculad de Derecho y ex presidente de SCC; o el profeor de Ciencias Políticas Gabriel Colomé, entre otros, firmaron en marzo un manifiesto contra la violencia radical en el campus.
La Universidad niega no haber actuado ante estos hechos. La vicerrectora de Comunicación de la UAB, Virginia Luzón, precisa a ABC que «la rectora y su equipo de gobierno, han mostrado siempre su rechazo radical a cualquier tipo de violencia y a favor de la libre expresión de ideas». Recuerdaque «este rechazo a la violencia se ha concretado en diversos comunicados contra todo tipo de violencia, desde los atentados de Niza y Barcelona o la violencia en las huelgas estudiantiles».
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