Se recrudece la «guerra» de pizzas en Nueva York

Tres emblemáticos restaurantes de Brooklyn emplean todo tipo de artimañas para hacerse con la clientela

Restaurantes Grimaldi's (arriba) y Juliana's en Nueva York ABC

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Es una noche deliciosa de junio y un policía obeso entra en s con todo de paisano -sudadera con capucha, pantalones cortos- menos la pistola al cinto. Pasa entre las mesas de picnic en la terraza de este restaurante y nadie pestañea. Es un local del Sur de Brooklyn , fundado en 1939, una institución de la comunidad italiana, donde son habituales los policías, los mafiosos y los que son un poco policías y un poco mafiosos. El interior de Spumoni tiene la estética de Los Soprano, pero su fama se debe a lo que se come en la terraza: su pizza «siciliana» , de masa gruesa y cuadrada, con una salsa de tomate generosa. Spumoni tiene algo de mítico: muchos neoyorquinos han oído hablar de su pizza, pero no demasiados la han probado. Está lejos, al fondo de Brooklyn, en el medio de ningún sitio.

Eso va a cambiar, en una noticia que agitará la guerra de la pizza que se combate en la otra punta de Brooklyn. Spumoni va a abrir su primera sucursal en Dumbo, territorio de Grimaldi’s y Juliana’s. Las colas son infalibles en estos dos restaurantes, fijos en las guías de viajes y a donde peregrinan los turistas tras cruzar el puente de Brooklyn. Su relación es volcánica: Pasquale «Patsy» Grimaldi abrió Grimaldi’s aquí en 1990. En 1998, vendió el negocio a Frank Ciolli, que conservó su nombre. Ciolli tuvo que mudar el restaurante al edificio de al lado en 2011, mientras aprovechaba el tirón de la marca Grimaldi’s para abrir locales en todo EE.UU.

Pero Patsy Grimaldi debió aburrirse en su jubilación y en 2012, con 80 años, volvió a la pizza. Para desesperación de su vecino, abrió su restaurante en el edificio original de Grimaldi’s, a veinte metros de su competidor. No pudo utilizar su nombre por cuestión de derechos y lo bautizó Juliana’s en honor a su madre.

Competencia desleal

Grimaldi’s demandó al verdadero Grimaldi por competencia desleal. Después denunció a las autoridades que su horno de carbón para la pizza era ilegal. En una ocasión apareció un trozo de metal en una pizza de Grimaldi’s y se acusó a Juliana’s de sabotaje.

Ahora Spumoni va a abrir en la misma calle. Los nuevos vecinos no cultivan ni la misma pizza -la de Grimaldi’s y Juliana’s es la típica neoyorquina, redonda y de masa fina- ni los mismos modales. En 2011, el mafioso Francis Guerra, de la familia Colombo y emparentado con los dueños de Spumoni, linchó a Eugene Lombardo, dueño de una pizzería en Staten Island y cercano con la familia mafiosa Bonnano. El motivo es que Lombardo había copiado la salsa de tomate de Spumoni, donde sus hijos habían trabajado una temporada.

En 2016, uno de los dueños de Spumoni, Louis Barbati , apareció muerto delante de su casa, cosido a tiros. No fue un robo: el asesino no se llevó la bolsa con diez mil dólares que portaba Barbati. El próximo episodio de la guerra de la pizza será entre hordas de turistas a la sombra del puente de Brooklyn.

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