De recolector de residuos a médico cirujano

José Como Birche se tuvo que adaptar a todas las circunstancias para conseguir sus sueños

José en el Hospital San Juan de Dios, Argentina. Daniel Forneri., Clarin

Paula Arocha

No es una novedad que todo tipo de éxito requiere un sacrificio. José Como Birche , médico argentino especialista en Cirugía Cardiovascular , enseña a través de su experiencia que la vida ofrece una cantidad de tiempo limitado y otros medios y, sin importar lo que queramos hacer con nuestras vidas, tenemos que trabajar dentro de los límites de esos recursos limitados para que esas cosas sucedan.

Si bien conocemos a Birche hay mucho más allá de su prestigiosa profesión como médico cirujano , antes de meterse en el mundo de la medicina desde los 15 años a la vez que estudiaba en el colegio trabajaba en una fábrica. La infancia de este cirujano, de 52 años, no fue nada fácil debido a que su familia en el pueblo poseía escasos recursos para ofrecerle una educación ostentosa.

Esto no detuvo a Birche de vivir una vida normal, a pesar de la ardua labor que realizaba en la fábrica siguió estudiando y llevando su día a día al igual que cualquier otro niño en Buenos Aires. No fue hasta los 19 años cuando presenció un hecho que le marcó su vida, «Encontré una mañana a mi padre muerto en la cama porque el corazón le había dejado de funcionar y, para seguir viviendo mi padre necesitaba un marcapasos que nunca le fue puesto», expresó según Clarin. Ese episodio fue el que lo llevó a proponerse a sí mismo la meta de poder estudiar medicina .

Tras la muerte de su padre, su madre siempre había sido una ama de casa con otros cuatro niños pequeños que criar en el pueblo Villa Elisa , a 45 kilómetros de la capital argentina, pese a las humildes circunstancias en las que se encontraba José junto a su familia, logró acabar el bachillerato

Eran épocas de dictadura en Argentina y con la muerte de su padre y la desesperación de su madre de tener que levantar y educar a sus cuatro hijos, Birche sacó la fuerza suficiente para acabar el bachillerato con un promedio de 9,70 y después de haber hecho tres veces el ingreso a la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata , logró cursarla con la vuelta de la democracia en 1983.

Le costó el triple que a sus compañeros porque dependía de sí mismo para salir adelante. No le importaron las piedras que se interpusieron en su camino. « Cuando entré todo fue muy dificultoso porque no tenía recursos y entonces hacía lo que podía: copiaba libros que me prestaban en la biblioteca. Me copié a mano los cuatro tomos del Tratado de Anatomía Humana de L. Testut», Cuenta Birche y según comenta, los cuatro libros eran alrededor de 4.339 páginas .

Pero para el cirujano no todos sus años de estudiante se reducían a invertir largas horas en la biblioteca, «Me tuve que adaptar a todas las circunstancias para poder seguir adelante», dice Birche. Los pequeños ratos libres de su vida académica se dedicaba a recolectar residuos y basura con un amigo . Para él, el reciclaje era una más de todas las labores que hacía para poder continuar con su carrera.

Fue entonces, en medio de todo ese esfuerzo, que José Como Birche llegó a culminar su carrera y encontrar su lugar en el Hospital Provincial San Juan de Dios en Buenos Aires. «Cuando ingresé fue un alivio porque ya tenía un sueldo y principalmente el apoyo de la gente. Todavía vivía con mi mamá. Me prestaban libros, estaba en un ambiente médico y la gente era agradable conmigo», dice el cirujano que se quedó para siempre en el hospital y que define el servicio de cirugía cardiovascular como su hogar .

Al día de hoy, Birche es altamente reconocido no sólo por ser el jefe del servicio de cirugía cardiovascular, sino por haber dirigido alrededor de más de cinco mil cirugías cardíacas en toda su carrera .

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