Reabierto parte del pueblo más cercano a la central de Fukushima, pero pocos quieren volver

Por miedo a la radiactividad, solo 367 de sus 10.000 habitantes regresarán al 38 por ciento del municipio de Okuma donde se ha levantado la orden de evacuación

Carretera que lleva hasta la central de Fukushima, donde aún quedan muchos pueblos cerrados PABLO M. DÍEZ
Pablo M. Díez

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Ocho años después del accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima , provocado por el tsunami que averió tres de sus seis reactores, este miércoles ha sido reabierto parte del pueblo más próximo, Okuma . Evacuado aquel trágico marzo de 2011 por las fugas radiactivas que sufrió la planta atómica, golpeada por olas de hasta 17 metros, sus 10.000 habitantes tuvieron que marcharse a la carrera y, hasta ahora, solo han podido regresar en contadas ocasiones y con pases especiales para comprobar el estado de sus casas.

Tras la disminución de la radiación durante todos estos años , las autoridades niponas han decidido reabrir el 38 por ciento del municipio, sobre el que se asienta la siniestrada central nuclear . Pero, según informa el periódico «Japan Times», a finales de marzo solo se habían registrado como residentes 367 vecinos de 138 hogares, apenas el 3,5 por ciento de su población original. A tenor de la agencia de noticias Kyodo, solo 48 personas de 21 viviendas se han apuntado para pasar las noches en sus hogares.

A pesar de la insistencia del Gobierno en que no hay riesgos para la salud, la mayoría de sus antiguos habitantes tiene miedo a volver, sobre todo si son familias con niños pequeños. A este temor se suma que en Okuma se almacenan millones de metros cúbicos de tierra radiactiva y escombros contaminados del tsunami, que las autoridades no prevén sacar de la prefectura de Fukushima hasta 2045 porque todavía no tienen un lugar donde enterrarlos. Tal y como recoge una encuesta del periódico «Asahi Shimbun» y una emisora local, casi dos tercios de los evacuados desconfían de los anuncios oficiales sobre el éxito de los trabajos de descontaminación, que todavía durarán varias décadas. Buena prueba de ello es que la mayor parte de Okuma seguirá cerrada al público igual que Futaba , el otro municipio donde se alza la central nuclear.

Con el fin de recuperar la energía atómica para generar electricidad, el Ejecutivo del primer ministro, Shinzo Abe, no solo se ha propuesto encender los reactores apagados por todo el país tras el accidente de Fukushima, sino también que la vida vuelva a la normalidad en esta prefectura. El objetivo es hacerlo antes del verano de 2020, cuando la ciudad de Fukushima se convierta en subsede olímpica de los Juegos de Tokio para béisbol , uno de los deportes más populares de Japón. Para dar un impulso a la recuperación de Fukushima, Abe presidirá el domingo la ceremonia de apertura de Okuma y, según Kyodo, podría visitar la central nuclear, donde miles de operarios trabajan en su descontaminación y desmantelamiento.

«Levantar la orden de evacuación no es la meta final. Nos esforzamos para recuperar un ambiente habitable para la población», prometió el ministro de Economía, Industria y Comercio, Hiroshige Seko, según recoge el «Japan Times». Pero, de las 160.000 personas que fueron evacuadas por las fugas radiactivas de Fukushima, el peor desastre nuclear desde Chernóbil en 1986, a finales de marzo quedaban 40.000 que no habían podido regresar todavía a sus hogares.

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