Rastreo de contactos y confinamiento temprano: las claves del milagro costarricense en la gestión del coronavirus
«Tomamos decisiones en el momento correcto, como el hecho de haber suspendido concentraciones masivas y el ingreso de turistas cuando teníamos solo 41 casos», explica a ABC Daniel Salas Peraza, ministro de Salud
Decir que Costa Rica es un país excepcional no es un eslogan turístico, sino un hecho respaldado por las cifras. Al menos en cuanto a la gestión que ha hecho de la pandemia del coronavirus , que se ha cobrado hasta el momento la vida de diez personas en el pequeño país de cinco millones de habitantes. Eso supone una tasa de mortalidad del 0.8% y 0.20 muertes por cada cien mil habitantes, menos que en Nueva Zelanda, donde son 0.45, según datos de la Universidad Johns Hopkins , es decir, casi un milagro en una región azotada por el virus. En España, las muertes por cada cien mil habitantes son 58.08.
A la cabeza de este éxito del gobierno de Carlos Alvarado está el médico epidemiólogo Daniel Salas Peraza , de 43 años, ministro de Salud, cuya labor califica como buena el 93% de la población, según una encuesta de la consultora CID Gallup. Eso lo convierte en la figura pública con más opiniones favorables en el país, y una de las mejor valoradas en el mundo, donde la gestión de muchos gobiernos es actualmente blanco de críticas por parte de la ciudadanía.
En conversación con ABC , el ministro desveló las medidas que considera claves para el éxito en el manejo del brote, aunque no se puede cantar victoria aún: «El rastreo estricto y el confinamiento temprano» . Pese a que Costa Rica fue el primer país centroamericano en el que se registró un caso positivo de Covid-19, «tomamos decisiones en el momento correcto, como el hecho de haber suspendido concentraciones masivas y el ingreso de turistas cuando teníamos solo 41 casos», a lo que siguió el rápido cierre de los centros educativos, de playas y bares, la recomendación de trabajar desde casa y una restricción de la movilidad vehicular que provocó que la gente saliera mucho menos. «La población se ha comprometido a seguir los protocolos», explicó el ministro, y agregó que «además vimos lo que estaba ocurriendo en países como España o Italia; y el inicio de una propagación muy agresiva en Estados Unidos nos ayudó a entender que la probabilidad de que esto se complicara también en Costa Rica era muy alta si no hacíamos lo que teníamos que hacer».
El alabado sistema público de salud costarricense estaba preparado para contener la epidemia e incluso se montó un hospital solo para pacientes de Covid-19 en poco más de una semana, pero hasta el momento no se ha visto desbordado, gracias a que un paso previo lo ha mantenido a salvo: «Tenemos un sistema de vigilancia epidemiológica y viral muy establecido que nos ha permitido hacer un trabajo enorme y efectivo de rastreo y detección oportuna, porque sabemos que si no hay seguimiento de contactos empieza a aumentar la presencia de casos no detectados». Salas destacó además que «rápidamente, antes de que muchos países lo hicieran, reconocimos la pérdida de olfato y del gusto como síntomas que automáticamente hacen que un caso sea sospechoso».
Este lunes, la llamada «Suiza centroamericana» contabilizaba 1.342 positivos y 19 personas hospitalizadas, cinco de ellas en la UCI. Según un estudio elaborado para el periódico La Nación, si no se hubieran tomado medidas, ahora mismo habría unos 80.000 infectados y 800 muertos.
«Tenemos en funcionamiento desde hace más de diez años un sistema de vigilancia que permite la trazabilidad de los virus respiratorios en el país, por medio de puntos geográficos que analizan como se van comportando y distribuyendo entre la población», explicó el epidemiólogo. «Estos centros se han complementado con otros en zonas de riesgo y en todos se realiza un alto número de pruebas, tanto en personas sintomáticas como asintomáticas. Una vez que sale un positivo, hacemos un seguimiento de los contactos y ponemos en marcha la orden sanitaria de cuarentena», aseveró. También se le realizaron pruebas a los costarricenses repatriados, «a los que recibimos con una orden de confinamiento».
Aunque se muestra prudente, Salas se enorgullece de que el país esté haciendo «uso de su capacidad en áreas como la epidemiología y el manejo de datos y estadísticas, gracias a lo cual tenemos una gran capacidad operativa de contención de brotes y de hacer este despliegue operativo a nivel nacional».
Al estar entre Panamá y Nicaragua , dos países con una crisis sanitaria fuerte, el principal reto en este momento es evitar la propagación a través de las fronteras terrestres, ya que «el epicentro ya no está en Europa sino en Latinoamérica». Además, aunque a la población no se le impuso un confinamiento estricto como el de España, Salas teme el desgaste. «La gente quiere retomar sus actividades y tenemos que ser muy constantes en el mensaje de que el escenario en el que se puede acelerar la transmisión todavía no lo hemos superado del todo. Tenemos que comportarnos con una disciplina distinta al estado pre-Covid», advirtió.
Otra apuesta de la nación ha sido en las áreas de investigación y desarrollo, a través de centros como el Instituto Clodomiro Picado, que según detalla el ministro «tiene una amplia experiencia en la producción de sueros antiofídicos y de inmunoglobulinas a nivel heterólogo con equinos, lo cual nos abre una puerta enorme para trabajar». Además, «nunca habíamos hecho la secuenciación de un virus humano y se ha hecho con este, y se han desarrollado respiradores e hisopos con impresoras 3D e incluso mascarillas alternativas».
Para Salas, durante esta pandemia «hemos demostrado estar a una altura muy importante, siendo un país no desarrollado pero que tiene mucho músculo en el área académica, aunque no hemos explotado toda nuestra capacidad» y agregó que «parte de las lecciones del Covid-19 es que Costa Rica puede convertirse en punta de lanza de la innovación tecnológica en diferentes campos y la salud es uno de ellos. Tenemos mucho que aportarle al mundo », concluyó.