El radicalismo contamina las reivindicaciones en favor de la igualdad
El corifeo de postulados de distinto corte que alegó la Comisión del 8-M se tradujo en las calles

La banca, la Iglesia, la realeza y la ideología conservadora fueron objeto este viernes de ataques por parte del feminismo más extremo , que nada tiene que ver con la lucha por la igualdad plena. Varias sedes de entidades financieras y de partidos políticos, así como fachadas de templos cristianos, aparecieron mancillados con letras en rojo que reivindicaban, a su manera, el paro de las mujeres. «Huelga 8-M» se leía en la fachada central y algunos locales del edificio del Banco Santander en Madrid, que despuntaba el color morado propio del feminismo desde la pasada madrugada.
Pero la marea morada se hizo ayer radical en muchos puntos, y se confundieron por completo postulados de muy diverso corte, alejados de la voluntad real de conseguir que hombres y mujeres disfruten de los mismos derechos y condiciones laborales y familiares.
El propio manifiesto de la Comisión del 8-M y la Coordinadora Feminista introdujo una maraña de demandas y alegatos: la defensa de una ley de extranjería determinada; el ecologismo; la afrenta a las «mujeres de derecha de extrema derecha con reacciones patriarcales»; las leyes mordaza; y la llamada «antimilitarista», incluso republicana. Una «injerencia» de temas que se debaten en otros foros y que desenfocó las reclamaciones del Día Internacional de la Mujer al «instrumentalizar» una parte del feminismo el conjunto global de las reivindicaciones.
Contra la Iglesia
Un grupo sindical irrumpe en el Arzobispado de Valladolid
Entre los ataques vividos ayer a algunas instituciones se encuentra el protagonizado por más de una decena de huelguistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que irrumpió lanzando panfletos en el Arzobispado de Valladolid. «Contra la Conferencia Episcopal, por machista y patriarcal» , era una de las proclamas de los sindicalistas, liderados por varias mujeres con megáfonos. También se escucharon consignas contra la religión en la educación y a favor del aborto.
Además, las pintadas contra la iglesia se repitieron en Valladolid, Sevilla o Madrid. En la capital, el Arzobispado denunció la aparición de grafitis a favor del aborto y otros «ofensivos» contra la fe católica, como «puto clero» o «pederastas» , en las fachadas de las iglesias de Nuestra Señora del Carmen y San Luis y la de San Ginés, cuyas cerraduras fueron cubiertas de silicona.
Violencia
Tres jóvenes reciben una paliza de radicales en Mallorca
En Mallorca, un grupo de radicales acabó propinando una paliza a tres jóvenes, dos de ellas menores. El grupo agresor quería imponer un lazo con motivo del 8-M, cuando una de las jóvenes se negó. Según denunció Vox en Baleares, las tres agredidas estaban vinculadas directa o indirectamente a dicho partido y fueron «acorraladas y golpeadas por un grupo de seis feministas radicales» en el municipio de Son Servera. Las tres jóvenes tienen 18, 15 y 13 años, mientras que la edad de sus atacantes se sitúa entre los 19 y los 21 años, informa J. M. Aguiló. La chica que se negó a llevar el lazo -mayor de edad- acabó con un labio roto, mientras que una de las menores tiene un diente roto y ayer se quedó en observación «ante una posible fractura de mandíbula». Según indicaron fuentes oficiales de Vox, los padres de la víctima mayor de edad están afiliados a dicho partido. Al parecer, antes del ataque las presuntas agresoras le habrían preguntado a la joven por esa circunstancia, «y a partir de ahí empezó la agresión».
También se vivieron agresiones en Barcelona, que se saldaron con dos mujeres en situación de investigadas por atentado a agentes de la autoridad y lesiones leves a vigilantes de seguridad. El altercado se produjo cuando un grupo de manifestantes intentó acceder a un supermercado y los vigilantes intentaron impedirlo.
Escraches
Acoso por la gestación subrogada o el aborto
El PP, Ciudadanos y Vox fueron objeto de varios actos de acoso a lo largo del día. «No somos las vasijas para vuestras hijas», «Mi cuerpo no se compra, mi cuerpo no se vende», «Aborto libre, seguro y gratuito» fueron algunas de las proclamas de media docena de feministas que acudieron a protestar frente a la sede de Ciudadanos en Madrid. Al partido le echaron en cara su postura sobre la gestación subrogada, que salieron a rebatir Melisa Rodríguez, Marta Rivera y Patricia Reyes.
Poco antes, el líder del PP, Pablo Casado , tenía que trasladar un acto en Castellón al interior de una guardería, cuando más de un centenar de mujeres le increpaba «Pablo Casado es el patriarcado» o «Casado machista, estás en nuestra lista». El lema de la protesta era «Casado yo te hubiera abortado».
También Vox sufrió el ataque a varias de sus sedes, no solo en la capital. La de Avilés fue «asediada» por una concentración feminista y su sede de Siero sufrió de madrugada actos vandálicos con pintadas en las que se podía leer: «Fuera machistas, Asturias feminista», junto a la bandera de España tachada.
Confusión
Por el ecologismo y contra el capitalismo
En Madrid, fueron las estudiantes las encargadas de dar inicio a la jornada feminista en la que reclamaron igualdad aunque el resto de consignas, tal como sucedió con el propio manifiesto del 8M, escapó los temas estrictamente de la mujer y mezcló rechazo al capitalismo, a la derecha, a los militares y hasta a las empresas transnacionales, informa J. G. Stegman. «No me he leído el manifiesto pero entiendo que cargue contra el capitalismo porque ha hecho mucho daño», defiendió Eva, una estudiante de Periodismo de la Complutense. Tampoco faltaron los reproches a Vox, «el partido de Abascal priva a las mujeres de la libertad», dijo Hugo, un joven del Instituto Vega del Jarama. En la marcha se cargó contra el patriarcado, que «no tiene en cuenta ni el feminismo ni el ecologismo».
Piquetes
Interrumpción del transporte
También en Bilbao, Valencia o Burgos, diversos piquetes intentaron cortar el tráfico. Es «perfectamente compatible» reivindicar la igualdad con mantener el transporte público, se lamentaba el alcalde de la capital burgalesa, Javier Lacalle, tras los problemas para mantener los servicios mínimos. En Valladolid, hubo incidentes con piquetes en la factoría de Renault.
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