Profesores y padres denuncian el boicot a la clase de Religión en Cataluña
«Esta escuela es laica y catalana», advierten algunos directores a las familias en el inicio de curso
La asignatura de Religión lleva años en horas bajas en Cataluña. La cifra de alumnos que cursa la materia en la escuela pública ha descendido vertiginosamente desde 2017, pasando de los 57.330 alumnos matriculados en el curso 2017-2018 (un 17 por ciento del total) a los 18.581 (un 3,1 por ciento) registrados en el último curso del que se disponen datos (2021-22). Así lo revelan las estadísticas oficiales facilitadas por el departamento catalán a ABC y también recogidas en una reciente respuesta de la administración autonómica al grupo parlamentario de Vox.
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Las cifras son contundentes. Se han perdido 38.749 alumnos en solo cinco años –un total de 15.000 solo en los últimos tres cursos–, tendencia que, sin embargo, no se intuye cuando se toma el pulso a la ciudadanía sobre la necesidad de la presencia de esta materia en la escuela. Según los datos del último Barómetro sobre la Religiosidad, de la dirección general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, casi la mitad de los catalanes –un 49,2 por ciento– son partidarios de que los padres puedan pedir la asignatura de Religión en la escuela, frente al 43,1 por ciento que se posicionan en contra.
Connivencia con la Inspección Educativa
Este elevado porcentaje (casi la mitad de los encuestados) contrasta con las cifras antes mencionadas derivadas del proceso de matriculación, que son drásticamente menores, especialmente en la escuela pública . ¿Por qué hay tan pocos alumnos que acaban cursando la asignatura pese a haber una parte importante de la población que la defiende?
Un sector representativo del profesorado de Religión lo tiene claro. «Los propios centros la boicotean, con la connivencia de la Inspección Educativa», pese a que según los acuerdos vigentes entre el Estado y la Santa Sede, y varias normas vigentes, la materia debe ser «de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos y alumnas». ¿Cómo se ejerce ese boicot? «En muchos casos no mencionan la asignatura a las familias en las jornadas de puertas abiertas previas a la preinscripción, y en otros, cuando los padres insisten y marcan la casilla en el formulario les ponen trabas para cursarla y acaban no matriculando a sus hijos», aseguran los docentes.
«Miedo a denunciar»
Muchos de los profesionales que imparten la asignatura no se plantan ante esta situación «porque no tienen plaza fija. Tienen miedo a presiones y a perder el trabajo», sostiene el presidente del sindicato de profesores de Religión PREC, Ignacio Díaz. En Cataluña hay cerca de un millar de docentes que imparten la materia.
Un 49% de los padres apoya que se oferte Religión, pero solo el 3% la elige
Un estudio realizado por su sindicato revela que 700 centros (escuelas e institutos) de Cataluña no imparten actualmente la materia. «No deja de ser sospechoso que en una misma zona, a pocos metros de distancia, en un centro público se imparta y en otro no», apunta el docente. Tiene pruebas, y las muestra a este diario, de que en algunas de las escuelas en las que no se está enseñando actualmente Religión, algunos padres sí la han pedido. «Con solo una petición, la asignatura debe ofrecerse», afirma Díaz, quien considera que «la democracia es la principal víctima de esta situación».
Este curso la preinscripción ha sido telemática y, según denuncia el presidente de PREC, «en el documento que se genera a partir de la preinscripción no figura la opción elegida por los padres» , lo que dificulta que las familias puedan reclamar ese derecho. «En algunos colegios van sin sutilezas y te dicen directamente que no dan Religión», coinciden los diferentes profesores consultados por ABC (algunos prefieren mantener el anonimato). «Esta escuela es laica y catalana», advierten algunos directores a las familias en su primera toma de contacto. «La Generalitat quiere enterrar la asignatura y reemplazarla por otra aconfesional: la de Cultura Religiosa, en la que se explicará a los alumnos diferentes religiones no solo la católica», apuntan los docentes. Los planes del Govern para con la materia se alinean con los del Gobierno. En la nueva ley educativa, conocida como ‘ley Celaá’, la asignatura sigue siendo de obligada oferta pero no computa en el expediente. Asimismo, según el borrador del currículo elaborado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) y que ha trascendido en estos últimos días, la materia abordará la igualdad entre hombres y mujeres, el valor de la diversidad en la sociedad y el diálogo intercultural, entre otras cuestiones.
«Una buena oportunidad»
Para los defensores de la asignatura de Religión en Cataluña, la propuesta que plantea la nueva reforma educativa –abierta a consulta pública hasta el próximo 21 de octubre– se presenta como «una muy buena oportunidad para revertir la situación» . «Al darle tanto protagonismo al nuevo status de la asignatura se genera la ocasión para que las familias que desconocían su derecho lo exijan. Además parece que queda enterrado el proyecto de sustitución de la asignatura confesional por una asignatura de Cultura de las religiones, algo que ha quedado ratificado por la propuesta de Currículum que ha presentado la CEE al Ministerio, que no deja margen de dudas sobre la confesionalidad de la asignatura. Además la materia no queda fuera del horario lectivo, algo que perseguían los detractores de la presencia de la religión en la escuela», señala Ignacio Díaz.
Se han perdido 38.749 alumnos en solo cinco años –un total de 15.000 solo en los últimos tres cursos–
En cuanto a la reducción horaria, en Cataluña «no va a afectar negativamente puesto que era algo que de hecho ya se hacía en muchos centros. Es más, en algunos casos servirá para que los docentes tengan la ocasión de exigir que en vez de hacer 45 minutos semanales hagan la hora que marca la Ley Celaá y, lo más interesante, que puedan exigir impartir la asignatura incluso en Infantil y en el Bachillerato, algo que en muchas ocasiones no se respeta en Cataluña.», añade el presidente de PREC.
La jerarquía católica catalana se ha pronunciado en pocas ocasiones sobre la cuestión, aunque los dos máximos representantes de la Iglesia de esta comunidad, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y el anterior arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, sí han defendido la existencia de la asignatura. En una entrevista radiofónica de diciembre de 2018 (COPE), Omella pidió que se respete el derecho de las familias a elegir la materia. También Pujol defendió la clase hace años en una carta pastoral. En uno de sus últimos encuentros telemáticos, el pasado día 2 de marzo de 2021, los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense expresaron su «preocupación» por el nuevo papel que la ‘ley Celaá’ concede a la asignatura.
Acuerdos vigentes
Pese a los pronunciamientos de la curia catalana, los defensores de la clase de Religión se sienten «desamparados». ¿Es legal boicotear la asignatura? Varios acuerdos vigentes, los firmados entre la Santa Sede y el Estado español (1979); los de cooperación entre diferentes confesiones (1992); la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) de 2013, la Constitución (artículo 27.3) y el Estatuto de Cataluña (artículo 21.2), apuntan claramente que no.
En base a este marco normativo, los padres tienen el derecho reconocido «a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral acorde con sus convicciones en la escuela pública» y la asignatura de Religión debe ofertarse obligatoriamente. Sin embargo, según denuncian los profesores de Religión, los acuerdos vigentes en esta materia se incumplen impunemente desde hace años en esta comunidad.