Desconfinamiento
El primer paseo de los niños tras seis semanas: «Echaba de menos respirar»
Casi seis millones de menores pueden desde este domingo salir a la calle, un alivio que también han disfrutado en algunos casos los dos padres, pese a no estar permitido
Irene, de cuatro años, lo tuvo claro nada más despertar: «¡Hoy es el día más feliz de mi vida , vamos a salir a la calle!». Tras seis semanas confinada en casa, los zapatos le estaban pequeños y ni ella ni sus dos hermanas, Alejandra de cinco años y Marta de dos, paraban ante los pasos de cebra. «Se nos ha olvidado hasta cómo ir por la calle», lamenta su madre, Paula.
Este domingo por fin casi seis millones de niños en España han podido salir del confinamiento estricto. Al menos, aquellos de hasta 13 años. Con un paseo de una hora al día, en un radio de un kilómetro desde su domicilio y acompañados de un adulto, han llenado calles, zonas verdes y playas. La conquista de los patinetes en las aceras se produjo de forma paulatina desde las 11, alcanzando su «hora punta» a mediodía , en una jornada que ha servido para desfogar la energía acumulada tanto de hijos como de padres.
«Yo me quedo en el bosque» , dice Amaya, que mañana cumple 3 años y que ve en la ansiada salida un regalo adelantado. No era un bosque, claro, apenas una limitada isla ajardinada en una calle del distrito de Ciudad Lineal, en Madrid. Pero sí un paraíso, tras tantos días de encierro, en el que perseguir a los gorriones junto a su hermana, Olivia, de 7 años, antes de que su madre mire el reloj y decida que es hora de volver a casa.
Un ensayo
Amaya y Olivia echaban de menos «respirar aire» y habían estado planeando desde hace días cómo sería la salida. «La mayor quería salir con los patines, pero necesita mi ayuda y quería estar pendiente también de la pequeña, así que al final hemos elegido algo que pudieran llevar ellas solas », dos patinetes, cuenta su madre, Silvia. Para ella también es la primera salida, ya que su marido es quien se ha encargado de los recados de la casa desde que se decretara el estado de alarma. Ahora ella dará el paseo diario con las pequeñas, aunque cederá el privilegio en fin de semana.
Bici, patinete y un carrito para el muñeco, que también quería salir a pasear, fue la combinación escogida por Alejandra, Irene y Marta, respectivamente. «Yo veo una cosa diferente, hay menos gente », reflexiona la mayor. Las cintas que alrededor de las zonas verdes recuerdan que no se puede pasar, y el carril bici tiene que ser abandonado cada cierto tiempo por la presencia de otros viandantes.
Por ahora ellas no tienen mascarillas, Paula solo encontró por internet y no iban a llegar a tiempo. Pero todas conocen bien las normas. También Alba, de 7 años. «No tocar nada y no acercarme a otras personas, ni a mis amigos si los veo», recita la joven, acompañada por su padre y su hermano Antonio, de 9 años.
En el caso de otra joven, Irene, de 8 años, su deseo es sencillo: «Me apetecía ver la calle» . Su familia, madrugadora, paseaba antes de la «hora punta» sin rumbo fijo, buscando arbolado y poca gente. Por ahora, sin juguete. «Al ser el primer día sales un poco estresado», dice su padre, Carlos. La jornada era un ensayo para muchos padres, aunque a algunos pequeños no les hacía gracia el agravio comparativo. «¿Por qué ese niño lleva bici y yo no puedo?», se lamentaba alguno. Lo mismo les ocurría a Antonio y Alba, de 9 y 7 años, custodiados por su padre Daniel. « Hoy queríamos ver cómo era, antes de bajar juguetes », explica el progenitor, que utiliza el paseo para hacer una pequeña compra, con la distancia de un kilómetro calculada a ojo , como la mayoría. Hoy Antonio tendrá que decidir si «bici o fútbol», sus dos opciones.
Los dos padres
En Almansa (Albacete), una pequeña ciudad con poco más de 24.000 habitantes, la euforia de los niños se ha contenido hasta más tarde de las 12 de la mañana, ya que hasta esa hora seguían activas las tareas de desinfección de las calles. Aun así, una pareja de madre e hija madrugadoras ha decidido salir a las 10.30 para «andar un poco». La pequeña, de 10 años, «se ha levantado deseando y se ha puesto la ropa corriendo para ir a la calle ». Otra familia almanseña ha aprovechado su paseo para llevar algo de comida a sus abuelos. «Va mi mujer con mi hija mayor detrás y yo voy con la menor, de 9 años, delante», declara José. «Teníamos ganas de estirar las piernas y de esta manera -dice- podemos hacerlo todos , aunque solo sean unos pocos metros».
La hora punta ha llegado a las 12, cuando los tractores que desinfectan las calles han sido sustituidos por patinetes, bicis y niños que han aprovechado los 19 grados que marcaba esta mañana el termómetro para dar sus primeros pasos en libertad después de 42 días. De no ser por la temperatura, «la de hoy parecería una mañana de reyes» , señalan algunos vecinos.
Pese a que en Almansa no ha habido muchos contagios, algunos padres tenían miedo. Es el caso de Consuelo, que ha dado un paseo con su pequeña Lola, de 17 meses, pero ha preferido no bajarla del carro. Eso sí, aprovechó para ver a su madre y saludarla desde la ventana . La abuela se puso a gritar el nombre de la niña, a llorar y los vecinos también emocionaron. «Ha sido muy bonito» , relata.
Laura, con un bebé de 14 meses, es otra de las madres precavidas. « Hasta que no he visto que la cosa estaba bastante controlada, no he salido », contaba esta mañana mientras Sergio, su único hijo, jugaba entre el césped y la arena de un parque que hay frente a su casa. El pequeño «no ha llevado mal el confinamiento, pero hoy está disfrutando como si nunca hubiera pisado la calle», comenta aliviada.
En cuanto al cumplimiento de las medidas establecidas en la orden, Laura sostiene que en general se está respetando bastante, aunque haya algunas excepciones. Justo en el parque en el que ella se encontraba se incumplió la norma en tres ocasiones. Junto a ella, dos madres y sus hijos que no conviven en el mismo domicilio estaban hablando a menos de dos metros de distancia . En un banco cercano, un padre estaba sentado con sus dos hijas y junto a él se encontraba también senado otro hombre que estaba sacando a pasear a su perro. En otra parte del parque, un padre había salido con sus dos hijas y con una amiga de las niñas con una supuesta autorización.
Noticias relacionadas