El presidente de Portugal bloquea la ley de inseminación post-mortem
La norma ya fue autorizada por el Parlamento en dos ocasiones, pero tropezó con el Tribunal Constitucional, y ahora vuelve a quedar en el aire por tercera vez
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha vetado la ley de inseminación post-mortem, aprobada hace exactamente un mes. Este nuevo golpe a un proyecto legal del Gobierno socialista, después de que enviase la normativa sobre la eutanasia al Tribunal Constitucional, se produce porque el mandatario considera que «presenta disposiciones que pueden generar incerteza jurídica, algo nada aconsejable en una materia tan sensible».
De esta forma, la polémica regulación vuelve al Parlamento y deberá ser modificada sustancialmente para alcanzar una hipotética aprobación definitiva.
Se da la circunstancia de que amplios sectores de la sociedad portuguesa no se mostraban nada favorables a la legalización de las técnicas que implican fecundar a una mujer con espermatozoides del hombre con quien compartía su vida , siempre que hubiera fallecido en un plazo temporal de entre 6 meses y tres años atrás. Se determinaba que tiene que haber constancia por escrito de la voluntad expresa de alcanzar la paternidad y que no era un mero deseo coyuntural sino que respondía a una planificación consensuada entre los padres, pero el criterio de Rebelo de Sousa no es nada proclive a semejantes condiciones.
Tampoco puede olvidarse que se estipulaba que los intentos de inseminación se pueden reproducir tantas veces como se quiera para permitir que la mujer en cuestión llegue a quedarse embarazada, pero el punto tal vez más controvertido tiene que ver con las enormes dificultades para contrastar la intencionalidad del padre, ya que no es precisamente lo más habitual programar una actividad de estas características en previsión de una posible muerte.
La Asociación Portuguesa de Fertilidad ya alzó su voz en contra, del mismo modo que el Consejo Nacional de la Procreación Médicamente Asistida y el Consejo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida.
Todas estas agrupaciones nunca perdieron su confianza en el presidente, pues es sabido que su talante no parecía muy en la línea de dar el visto bueno, exactamente lo mismo que ocurrió recientemente con la ley de eutanasia.
El arco político a la izquierda del Partido Socialista es el que ha sustentado esta iniciativa, pues no solo votó a favor la formación que lidera el Gobierno de Antonio Costa sino también el Bloco de Esquerda y los comunistas, como igualmente el Partido Animalista.
Para dar idea de lo polémica que resulta esta normativa, basta recordar que una regulación de este calibre ya fue aprobada en dos ocasiones a lo largo de los últimos años… e incluso estuvo brevemente en vigor. Pero en ambas oportunidades intervino el Tribunal Constitucional.