El presidente de Italia indulta a tres ancianos que asesinaron por desesperación
Dos maridos mataron a sus mujeres enfermas de Alzheimer. Un tercer homicida disparó al hijo toxicodependiente
Los tres casos suscitan debate en las redes y se elogia al presidente Matarella por su compasión y piedad
![Mattarella, en la iauguración del año judicial en Italia](https://s3.abcstatics.com/media/sociedad/2019/02/18/Mattarella-k37--1248x698@abc.jpg)
El indulto concedido por el presidente de la República, Sergio Mattarella, a tres ancianos que asesinaron por desesperación ha suscitado un fuerte debate en Italia. Son tres historias dramáticas, tres homicidios cometidos por ancianos contra sus seres queridos: Un padre que disparó contra su hijo toxicodependiente y dos maridos que quitaron la vida a sus mujeres enfermas de Alzheimer. Piedad y comprensión han movido al presidente de la República a firmar los decretos individuales de clemencia para los tres ancianos que ya habían descontado algunos años de cárcel.
Vitangelo Bini, 89 años, ex policía municipal, mató en diciembre 2007 a su mujer, Mara Tani, enferma de Alzheimer en estado vegetativo y terminal por no verla sufrir en el hospital donde la habían ingresado, según confiesa hoy su hija Angela: «Tuvo el coraje de hacerlo, pero con el dolor y con el cariño con el que quería a mamá. Antes de dispararle la besó. Durante doce años la había curado con una dedicación exquisita. Le daba de comer, la vestía, la acostaba, le leía el periódico para hacerle sentir al menos una voz…» Con el paso del tiempo, su mujer perdió la consciencia y quedó inmóvil , hasta que sus condiciones se precipitaron y tuvieron que ingresarla en el hospital, ante el desconsuelo del marido: «Ninguno podrá cuidarla como yo».
«Lágrimas en los jueces»
Su hija Ángela cuenta a «Repubblica» entre sollozos la historia: «Mi madre respiraba con fatiga. Le pregunté al médico: ¿Sufre? Me dijo que sí y que podía vivir aún dos horas, dos días, dos meses o años…dependiendo del corazón. Tenía una sonda en la nariz, otra en la boca. Volví a casa destrozada. Mi padre tuvo el coraje de decir basta , y por esto nunca he tenido necesidad de perdonarlo. Agradezco al presidente Mattarella por comprender el drama que hemos vivido. Agradezco a nuestro abogado y a los jueves que cuando mi padre ante el tribunal hablaba de mi madre y contaba cuánto la amase, les venían las lagrimas a los ojos».
Por su parte, Giancarlo Vergelli, 88 años, fue condenado en febrero 2016 a 7 años y 8 meses por haber asesinado dos años antes a su esposa de 88 años enferma de Alzheimer. Sobre estos casos reflexiona Michela Marzano, profesora de Filosofía: «¿Se puede osar a dar un juicio de valor sobre el gesto de un hombre de más de 80 años que asesina a la mujer enferma de Alzheimer? Obviamente no. Hacerlo significaría traicionar la humanidad que nos diferencia en cuanto personas. Debe haber sido esto a guiar al presidente Mattarella cuando ha decidido conceder el perdón a Vergelli y Bini. Aquella humana piedad que nos lleva a la compasión incluso cuando no comprendemos, a perdonar también cuando quizás se habría actuado de manera diversa».
«Nadie cancelará mi pena»
Igualmente dramático es el tercer caso. Ha pasado poco más de un año desde que Annalisa Morello, mujer de Franco Dri, se había dirigido al presidente de la República para que concediera el indulto a su marido. Franco, con 73 años, durante la enésima pelea disparó, en enero 2015, un tiro al pecho con una pistola a Federico, el hijo de 47 años que ya no reconocían, violento y prisionero de la heroína . Desde hacía 30 años los padres vivían un infierno, intentando en vano por todos los medios salvar a su hijo de la droga. Fue condenado a una pena de más de seis años de cárcel. Los ciudadanos de su municipio, Fiume Veneto, se sumaron a la petición de clemencia enviada por su mujer al presidente Mattarella.
Hoy Franco Dri confiesa que sigue viviendo un drama: «La vida en la cárcel es terrible, pero la olvidaré poco a poco, pero aquel día de la tragedia me acompañará para siempre. Agradezco al presidente Mattarella el indulto, pero mi pena, justa, nada ni nadie podrá cancelarla y la descontaré en mi corazón mientras viva. Asesinar a un hijo es la cosa más terrible que pueda suceder a un padre. Y yo amaba a Federico. Solo Dios sabe cuánto lo he amado. Aquel día la desesperación me cegó. Habíamos peleado por la enésima vez. Federico estaba incontenible, gritaba, era violento, yo no sabía cómo contenerlo y disparé. Fue el error más grande de mi vida del que de inmediato me arrepentí».
El caso de Franco Dri es también muy comentado en las redes sociales. Unos expresan comprensión hacia su dolor, otros señalan su error «porque a un drogadicto sobre todo si es un hijo no se asesina ». Muchos destacan la soledad con que los familiares deben afrontar estos dramas, en general sin ayuda del Estado. La mayoría elogia al presidente Mattarella por su compasión y piedad.