Un prelado, miembro de la Congregación de los Obispos del Vaticano, defiende el camino sinodal alemán
El obispo de Münster asegura que «la Iglesia necesita una nueva estructura de poder»
El obispo de Münster y desde hace seis años miembro de la Congregación de los Obispos del Vaticano, monseñor Felix Genn, defiende este sábado públicamente el «camino sinodal» emprendido por la Conferencia Episcopal Alemana y llama a la Iglesia a una revisión de sus estructuras de poder. «Como obispos alemanes, no podemos encargar un estudio sobre los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia, conocer todos esos terribles hechos, y después volver al día a día como si nada» , explica en una entrevista concedida a «Frankfurter Allgemeine Zeitung», el diario conservador de referencia en Alemania.
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«Tenemos que reunir el valor para tomar otra perspectiva, para poner a las víctimas en primer plano, y eso conlleva revisas las estructuras inmanentes de la Iglesia que han hecho posibles esos actos y que incluso los han ocultado», ha dicho. Su defensa del proceso de dos años de reflexión abierto por la Iglesia alemana es especialmente relevante después de que, el pasado 4 de septiembre, el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de los Obispos del Vaticano , advirtiese por carta a los obispos alemanes que no tienen ningún poder de decisión sobre asuntos que solo se abordarían a nivel de la Iglesia universal, anotando que los procesos de votación que están pensando adoptar los obispos alemanes no están en sintonía con el derecho canónico.
«Debemos hacernos la pregunta sobre en qué manera el celibato, en determinadas personas y en determinadas constelaciones grupales es un factor de riesgo para que se cometan abusos»
Se refería a la votación a que serán sometidos cuatro documentos que revisan la estructura de poder de la Iglesia, la forma de vida de los sacerdotes, el papel de la mujer y la moral sexual de la Iglesia . Genn, el único alemán y el único obispo raso de esta Congretación, admite que Ouellet no le consultó antes de enviar esa carta y rechaza las críticas al proceso sinodal argumentando que «ninguna profundización teológica hace daño a nadie, especialmente no a la Iglesia». «Al contrario», continúa, «confío en que nuestras deliberaciones y nuestra construcción de opinión sean de ayuda para la Iglesia en muchos otros lugares del mundo». «Necesitamos otra estructura de poder en la Iglesia», afirma Genn, poniendo por delante que «yo estoy dispuesto a ceder poder» a favor de esa nueva estructura y «estoy dispuesto a someterme a consejos en los que los laicos tengan mayor poder de decisión».
«Una moral sexual que la mayoría de nuestros contemporáneos considera que limita la vida y que, en última instancia, es irrelevante para la vida, tiene que aceptar preguntas críticas»
El obispo Genn señala, por ejemplo, que «sería una simplificación atribuir al celibato la explicación de los abusos sexuales a menores, pero sí debemos hacernos la pregunta sobre en qué manera el celibato, en determinadas personas y en determinadas constelaciones grupales es un factor de riesgo para que se cometan abusos». Ya anteriormente, Genn había escrito en una carta a su diócesis sobre la conveniencia de utilizar más experiencia externa para resolver problemas clave en todos los órganos centrales de la Iglesia .
«El apoyo profesional de expertos externos es útil y alivia la presión. Necesitamos una iglesia más permeable , no un sistema cerrado», defendía. «Quiero que en la diócesis de Münster no seamos una Iglesia de prohibiciones y mandamientos, sino una Iglesia que viva en relación con la gente y la relación con Jesucristo. Anunciamos la Buena Nueva. Esto debe ser experimentado por las personas en la vida cotidiana; y como obispo, puedo y quiero abrir el espacio».
«Ninguna profundización teológica hace daño a nadie, especialmente no a la Iglesia»
El obispo también cuestionó la moral sexual que plantea actualmente la Iglesia. «Una moral sexual que la mayoría de nuestros contemporáneos considera que limita la vida y que, en última instancia, es irrelevante para la vida, tiene que aceptar preguntas críticas», sugiere. «La Buena Nueva es un mensaje que promueve la belleza y la preciosidad de la vida. No tenemos prácticamente discurso en materia de sexualidad , lamentablemente también respecto a la protección de la vida desde el principio hasta el final», aseguró.
El prelado también defiende el camino sinodal emprendido por la Iglesia alemana. «Hay una gran unidad en la Iglesia alemana respecto a este camino emprendido. Naturalmente hay algunos que no encuentran todo correcto, pero eso no significa tensión», asegura, garantizando un discurso «constructivo»: «Que la Iglesia fuese un ejemplo de constructiva cultura de debate, ¡eso ya sería algo!», concluye.