Portugal arde sin parar desde hace una semana
La situación es crítica por el fuego en el país vecino, donde 60 personas han sido detenidas por provocar incendios y ascienden a 32 los bomberos heridos
La situación es crítica en Portugal debido a la embestida de las llamas, que avanzan sin cesar por todos los puntos cardinales desde hace una semana. Son ya 74 los heridos en estos días, 32 de ellos bomberos.
Pasan las horas y el panorama empeora por momentos, con el fuego virando su dirección por los cambios en las rachas de viento caliente. La franja central del país corre el peligro de acabar arrasada, pues hay aldeas que han ardido ya en un 50%.
La inquietud se instaló hasta en Lisboa , en vista de que los incendios alcanzaron las proximidades en Sintra, Vila Franca de Xira y Loures. Afortunadamente, su intensidad se fue diluyendo durante la noche.
En Vila de Rei se pensaba que estaba controlado el siniestro declarado hace unos días, pero ha vuelto a reactivarse y las escenas de pánico se extienden entre la población rural.
Las humildes gentes se resisten a dejar atrás sus propiedades y enseres, como acontece en la pedanía de Agua de Formosa, donde unos huían y otros permanecían en sus casas con la esperanza de combatir el fuego, aunque fuese con medios rudimentarios.
La ciudad de Castelo Branco , capital de la región del mismo nombre, ha activado el Plan Municipal de Emergencias, puesto que el radio de acción muestra uno de los perfiles más calcinados de todo el país.
Los sufridos habitantes exhiben su desesperación en cuanto se les acercan las cámaras de las cadenas de televisión y hablan de una especie de maldición que sobrevuela todo Portugal.
Los incendios se multiplican en progresión geométrica de norte a sur y los bomberos no dan abasto, pese a que cuentan con la ayuda de sus colegas de la Comunidad de Madrid y de militares españoles, además de diversos aviones apagafuegos procedentes de otros países.
Fuegos por la noche
El Gobierno habla claramente de «una mano criminal» que provoca las llamas, tal cual acredita el secretario de Estado de Administración Interna, Jorge Gomes: «Los fuegos se inician siempre por las noches, con varios frentes activos y estratégicos desde un primer instante».
El político socialista pone ejemplos concretos: en Idanha se avivó el incendio a las 22.30 horas, es decir, resulta imposible culpar al sol y a las altas temperaturas.
Sus palabras resuenan en los oídos de los portugueses desde que las pronunció en Fundao, en la región de Castelo Branco, donde las llamas no cesan en los últimos cuatro días. Incluso una iglesia y un antiguo colegio jesuita cayeron pasto de las llamas , con lo que las redes sociales se han inundado al otro lado de la frontera con imágenes apocalípticas presididas por la cruz que impera en el tejado del templo.
Acto seguido, se justificó Gomes con las siguientes palabras: «Cuando hay voluntad de que las cosas ardan, por muy organizados y bien instalados que estén los sistemas de protección, se quedan sin capacidad de respuesta».
Unas frases que apenas sirvieron para tranquilizar al alcalde de Fundao, Paulo Fernandes, quien se queja de falta de medios para combatir las llamas.
60 detenidos
Además, asciende a 60 el número de personas detenidas como presuntos pirómanos este verano (cerca del doble que en 2016, donde el terror se extendió en Funchal porque los vecinos vieron la nube roja a las puertas del casco histórico). O, mejor dicho, desde el final de la primavera, que es cuando se desató la tragedia de Pedrógao Grande, saldada con 64 muertos, de acuerdo con el recuento oficial.
Una de las situaciones más insólitas se ha vivido en la localidad de Vila Nova de Paiva, en el distrito de Viseu, donde la policía detuvieron a una mujer de 76 años debido a los fuertes indicios de que había provocado varios incendios (se desconoce la motivación).
Más de 2.000 bomberos se emplean a fondo para tratar de minimizar los riesgos, pero la mejoría no llega y los incendios se han convertido ya en el principal problema de Portugal en este verano negro, amplificado por los 13 muertos en Funchal por la caída de un enorme roble podrido desde la raíz y con 200 años de antigüedad.
Las carreteras cortadas representan el pan nuestro de cada día a lo largo del territorio luso, como puede comprobarse hoy entre Castelo Novo y Alcaide. Por tanto, la precaución ha de extremarse por parte de las personas que se aventuran a recorrer esta preciosa pero devastada nación.
Un informe del Instituto Nacional de Conservación de la Naturaleza da cuenta de unas cifras alarmantes, y eso que falta la actualización que recogerá al final de este mes de agosto.
Así, entre el 1 de enero y el 31 de julio de este 2017 se han declarado nada menos que 8.539 incendios. Se están batiendo todos los récords en este sentido.
Desde Coimbra hasta Viana do Castelo, el norte sobresale como el área más afectada este año, aunque el fuego prende con más intensidad en la zona central en los últimos días.
Desde Castilla y León o desde Extremadura se observa con preocupación el avance de las llamas, especialmente porque algunos parajes forestales consumidos no se encuentran tan lejos de la frontera con España.
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