Polémica en Holanda por la eutanasia aplicada a una anciana, que recibió una dosis letal sin permiso

La octogenaria tenía problemas mentales y no habría autorizado la sedación ni la inyección

Protesta en Holanda contra la aplicación de la eutanasia REUTERS

EFE

La eutanasia ha levantado una intesa polvareda en Holanda. La Comisión holandesa para la Eutanasia denunció este juevse la aplicación de la dosis letal a una anciana con problemas mentales sin «la autorización expresa» de la paciente y tras «sedarla» ante su negativa a recibir la inyección.

En un comunicado, la Comisión explicó que la paciente, de 80 años y «con una severa enfermedad mental e incapacitada », no había expresado «su solicitud voluntaria y bien considerada» de morir.

«La paciente nunca pidió verbalmente la eutanasia y tampoco se siguió claramente la directiva, que define el artículo 2, de la petición de la terminación de la vida a través del suicidio asistido», detalló el comité en la nota.

Asimismo, añadió que la doctora «cruzó un límite» por la administración de Dormicum, un sedante inyectado «en secreto» a la octogenaria tras su negativa a recibir la dosis letal en la jeringuilla.

«Se excedió en sus límites al no cesar la ejecución de la terminación de la vida cuando el paciente reaccionó de forma negativa a la administración de la dosis», añadió en el documento.

La paciente, años antes y en total uso de sus facultades, dijo que «no quería acabar en un centro de mayores con demencia» y que recurriría a la eutanasia cuando ella misma lo decidiera «al madurar la idea», aclaró el comité en el documento. Eso fue interpretado «erróneamente» por la doctora como una autorización porque «la paciente estaba sufriendo».

«Estaba ansiosa, triste e inquieta» , explicó sobre la octogenaria, que residía en un centro de mayores después de que su marido «no pudiese hacerse cargo de ella» dado su deteriorado estado de salud.

Por tanto, la negligencia se produce -según la Comisión- porque la paciente, con alzhéimer, no había dicho que quería morir en ese preciso momento.

Se trata de la primera vez desde la legalización de la eutanasia en 2002 que la Comisión llama la atención a un médico por «excederse en sus funciones» durante el suicidio asistido.

Si un médico no actúa de acuerdo con la diligencia debida, el expediente se remitirá al Ministerio Público y a la Inspección de Sanidad, para que investiguen lo ocurrido, advierte este comité que elabora anualmente un informe sobre la eutanasia.

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