El planeta registra concentraciones récord de CO2, con las emisiones diarias de vuelta a los niveles de 2019
La ONU advierte que la reducción provocada por los confinamientos tendrán un efecto muy limitado
La caída mundial de las emisiones de gases de efecto invernadero provocada por la pandemia ha durado poco. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha advertido este miércoles de que los registros de principios de junio de 2020 ya muestran que las emisiones diarias de dióxido de carbono (CO2) vuelven a situarse cerca de los niveles de 2019 , apenas un 5% por debajo, mientras las concentraciones atmosféricas han seguido aumentando hasta alcanzar nuevas cifras récord este 2020.
«La última vez que los niveles [en la atmósfera] fueron tan altos fue hace entre 2,6 y 5,3 millones de años, en la era del Plioceno, cuando había árboles en el Polo Sur y el nivel del mar era unos 20 metros más alto », ha explicado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en rueda de prensa para presentar el informe «United in Science 2020».
En la etapa más dura de la pandemia, con confinamientos aplicados en todo el mundo a principios de abril, las emisiones mundiales diarias de CO2 llegaron a disminuir hasta un 17% con respecto a 2019, en una caída sin precedentes. Pero, tal y como avisaba la agencia de la ONU, era algo temporal. La desescalada y la paulatina recuperación de la actividad han vuelto a elevar también la generación de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. Aun así, se estima que, al terminar 2020, el balance final reflejará una reducción de entre un 4 y un 7% en las emisiones del CO2. El porcentaje exacto dependerá de la evolución de los próximos meses, pero el informe advierte: «Las emisiones actuales no son compatibles con las trayectorias que deberían seguir» para evitar los peores efectos del cambio climático.
De hecho, el estudio apunta a que 2016-2020 será el quinquenio más cálido jamás registrado, con un calentamiento medio de 1,1°C por encima de los niveles preindustriales. El umbral de «seguridad climática» que fija la comunidad científica antes de que las olas de calor, el aumento del nivel del mar o las sequías se multipliquen se sitúa entre 1,5º y 2º. Según el informe, hay más de un 20% de probabilidades de que entre 2020 y 2024 haya un año que supere el primero de esos umbrales.
Tanto Guterres como el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, han querido ejemplificar lo que esto ha supuesto solo este año. «Los últimos datos solo para Groenlandia muestran una pérdida promedio de masa de hielo de 278 mil millones de toneladas al año , más de 110 millones de piscinas olímpicas. Y esto es solo en Groenlandia. No olvidemos que existe la Antártida. No olvidemos que hay glaciares en todo el mundo», dijo Guterres. También Siberia ha sufrido una prolongada y notable ola de calor, que ha arrojado máximas de hasta 38º este verano, «algo inverosímil de no ser por el cambio climático», según Taalas.
Efecto «limitado»
Además, la posible reducción global de las emisiones de carbono de este 2020 tendrá un efecto «muy limitado» a nivel atmosférico, según la OMM. La presencia de estos gases es el resultado de décadas de acumulación, ya que tienen una larga pervivencia. De hecho, las estaciones de referencia de la red de la Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM han registrado durante la primera mitad de 2020 concentraciones de CO2 de más de 410 partes por millón (ppm) , por encima de las del año pasado, que ya eran inéditas.
Por ello, las estimaciones apuntan a que los fenómenos extremos continuarán durante décadas. «Si tenemos éxito, podríamos eliminar esta tendencia negativa en la década de 2060», ha explicado el secretario general de la ONU. Pero, «como enfatiza este informe, los confinamientos a corto plazo no sustituyen a la acción climática sostenida que necesitamos».