Pintadas y cruces destrozadas en un ataque vandálico en el cementerio militar alemán de Yuste
En el camposanto descansan los restos de 180 soldados alemanes de la Primera y Segunda Guerra Mundial que murieron en territorio español
El cementerio militar alemán de Cuacos de Yuste , en Cáceres, sufrió el pasado viernes un ataque vandálico . En el muro exterior del camposanto alguien pintó «Ni nazis con honores ni antifascistas en cunetas», dibujaron una especie de diana y destrozaron nueve cruces de enterramientos.
Los hechos fueron puestos en conocimiento tanto de la Embajada de Alemania en España, que se encarga de su mantenimiento a través de una asociación alemana, como de la Guardia Civil, que investiga lo sucedido, según indicó a Efe el alcalde de Cuacos, José María Hernández, que condenó los hechos.
En el cementerio de Cuacos de Yuste descansan los restos de 180 soldados alemanes que murieron en territorio español bien porque formaron parte de tripulaciones de aviones que cayeron sobre España o de buques militares y submarinos hundidos en nuestras aguas. Hasta 154 de ellos perecieron en la Segunda Guerra Mundial y el resto, 26, en la primera, aunque en realidad, según los datos que detalla el libro «El Cementerio Militar Alemán de Cuacos de Yuste», de José Carlos Violat, Agustín Ruzafa y Francisco Javier Verdú, en el cementerio reposan los restos identificados de 155 soldados, marinos y aviadores alemanes. Otros 25 enterramientos no alojan restos humanos, al ser imposible localizarlos. En 17 figuran sus nombres y ocho son de militares desconocidos, en las que se puede leer la inscripción «Ein Unbekannter Deutscher Soldat» (Un soldado alemán desconocido).
Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas y sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde perecieron.
El Volksbund (asociación alemana encargada de velar por los cementerios de guerra alemanes) entre los años 1980 y 1983 los reunió en esta última morada y desde entonces sufraga el mantenimiento del recinto, que forma parte de la historia de la localidad de Cuacos de Yuste desde hace casi 35 años.
El cementerio, que fue inaugurado el día 1 de junio de 1983, está siempre abierto y de su mantenimiento se encarga, en la actualidad, el jardinero extremeño Isidoro Huerta, que ya ha limpiado las pintadas vandálicas .
Según informa el diario « Hoy », dos días antes de que los vándalos destrozaran las cruces, ya le tocó a él borrar otra pintada, esta vez en el pequeño banco de madera que hay junto a la zona de los enterramientos. Ponía «Nazis hijos de puta», y por el material empleado para hacerla, parecía propio de una gamberrada juvenil.
No era la primera vez. En sus casi 36 años de historia, el cementerio ha amanecido en otras ocasiones con grafitis y daños en alguna cruz, aunque siempre de menor importancia. Además, el libro de firmas que tenía el camposanto cuando abrió hubo de ser retirado porque acumulaba exabruptos y obscenidades.
Las nueve cruces destrozadas, de 70 centímetros de alto por 42 en su parte más ancha, son de granito de ocho centímetros de grosor . Para partirlas, los vándalos tuvieron que emplear herramientas contundentes. Las cruces destrozadas serán reemplazadas por las cinco que se guardaban en el almacén del cementerio en previsión de que hubiera que sustituir alguna y otras que han sido encargadas a Bélgica.
Al municipio cacereño viajarán próximamente representantes de la Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (Comisión de Conservación de Tumbas Militares Alemanas), la asociación que se encarga de los 827 camposantos militares alemanes que hay repartidos por 45 países.
También está al tanto de lo ocurrido Wolfgang Dold, el embajador alemán en España, con quien José María Hernández habló tras conocerse los destrozos del pasado viernes.
En la entrada del camposanto, una placa invita a «recordad a los muertos con profundo respeto y humildad».
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