Día Internacional contra la mutilación genital femenina

«Aún se piensa en la mutilación genital como un ritual para pasar de niña a mujer»

El Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid cuenta desde noviembre con una consulta específica para pacientes víctimas de esta práctica

Imagen de archivo REUTERS

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La mayoría de los países del mundo la prohíbe, pero la mutilación genital femenina sigue llevándose a cabo en la clandestinidad en algunas comunidades de estados africanos. Según los datos de Unicef, actualmente existen 200 millones de mujeres y niñas en el mundo que han sido víctimas de esta práctica. Muchas de ellas, además, la ven como una forma de pertenencia a sus comunidades, obviando que la mayoría de los problemas de salud que presentan vienen de ahí. Bien lo sabe la doctora María del Carmen Gutiérrez Vélez, ginecóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid , donde desde el pasado noviembre cuentan con una consulta específica para pacientes víctimas de la mutilación genital femenina .

«Para muchas mujeres, la mutilación es una forma de pertenecer a la sociedad, un ritual para pasar de niña a mujer. Hay familias que incluso ahorran para ello», explica la doctora Gutiérrez. Sin embargo, a través de su consulta observa cómo la situación está cambiando. Actualmente son tres las ginecólogas que se encargan de atender a estas quince mujeres , todas ellas africanas y de entre 20 y 40 años . Trabajan en colaboración con Médicos del Mundo, de manera que cuando llegan a la consulta, las pacientes ya han tenido charlas en la asociación en las que se les ha concienciado sobre todos los perjuicios para la salud de esta práctica.

Dolor en las relaciones sexuales

Además de esa consideración de la mutilación genital como tradición, la doctora Gutiérrez observa también cómo muchas de las mujeres no relacionan sus problemas de salud con esta práctica . Algunos de los más frecuentes a largo plazo, explica esta ginecóloga, son dolores a la hora de mantener relaciones sexuales, así como cuando se quedan embarazadas y van a dar a luz, incontinencia urinaria, infecciones genitales o incluso hepatitis B o sida. «Se lleva a cabo en la infancia, entre los 4 y los 12 años . Como han pasado muchos años, muchas mujeres no asocian que lo que se les ha hecho de niñas tiene consecuencias más adelante, no ven ese vínculo entre el corte y las infecciones o los problemas para mantener relaciones sexuales», relata.

Aun así, y pese a haber pasado tanto tiempo, la experiencia de la doctora Gutiérrez le muestra cómo muchas mujeres, al contar sus síntomas, pasan por un proceso de revictimización , pues la mutilación genital conlleva otros tipos de violencias como las violaciones –con nacimientos de hijos fruto de las mismas–, matrimonios forzosos o violencia física: «Tienen un trauma físico y psicológico que reviven al explicar los síntomas».

En Europa, se estima que 500.000 mujeres sufren las consecuencias de esta práctica. En España, Cataluña es la región con mayor número de casos, pues son 18.000 las mujeres que han sufrido ablación de clítoris y viven en la región, según un balance presentado ayer por el Hospital Clínic de Barcelona y la Fundación Dexeus Mujer , referentes en la reconstrucción de clítoris, algo que a día de hoy sigue siendo minoritario, sobre todo por la «falta de información», según explicó en rueda de prensa el jefe de Servicio de Ginecología del Clínic, Francesc Carmona. La segunda comunidad con mayor número de mujeres residentes víctimas de la mutilación es Madrid, donde se estima que viven 9.000 mujeres que han sufrido esta práctica.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación