África
La peste se cobra 124 muertes en Madagascar
Nueve países, entre ellos Sudáfrica, se encuentran en alerta máxima por sus vínculos comerciales y turismo
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Un brote de peste azota la isla de Madagastar y, hasta el momento, se ha cobrado la vida de 124 personas , habiendo más de 1.200 casos registrados (entre sospechosos, probables y confirmados). Madagascar viene sufriendo brotes de peste prácticamente cada año desde 1980, generalmente entre los meses de septiembre y abril. Sin embargo, éste es uno de los más mortífero de los últimos años.
La plaga comenzó en agosto y se expandió rápidamente, con aproximadamente dos tercios de los casos por transmisión de persona a persona a través de la tos , en forma de peste neumónica, la variante más virulenta y menos común. Ésta ocurre cuando la bacteria Yersinia pestis infecta los pulmones y causa neumonía y, sin tratamiento, puede causar la muerte en 24 horas. De los casos registrados en Madagascar, 846 fueron clasificados clínicamente como peste neumónica (infección del sistema respiratorio), 270 fueron de peste bubónica (cuando afecta al sistema linfático, produciéndose la transmisión a través de pulgas que han picado roedores –habitualmente ratas- infectados), un caso fue de peste septicémica (cuando la infección se multiplica en el torrente sanguíneo) y 180 no fueron especificados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica el riesgo de contraer peste como muy alto en Madagascar y asevera que, dependiendo del tipo de plaga, hay entre un 30% y un 100% de probabilidades de muerte en 72 horas si no se trata adecuadamente . Los antibióticos son efectivos siempre y cuando se empiece el tratamiento a las pocas horas de detectarse los primeros síntomas. A tal efecto es vital identificarlos rápidamente y saber que entre éstos se incluyen fiebre y escalofríos repentinos, calambres, dolores de cabeza y debilidad, dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos, a veces expectorando sangre en el esputo, así como la aparición de bubones (ganglios linfáticos inflamados y dolorosos) en el caso de peste bubónica. Los primeros indicios de contagio suelen aparecer entre 1 y 8 días después de producirse la infección.
La OMS ha detallado que el brote actual es inusual en tanto que ha afectado las áreas urbanas , lo que aumenta el riesgo de transmisión. Más de la mitad de los casos se han registrado en la capital, Antananarivo, y en el principal puerto de Toamasina, las ciudades más grandes de Madagascar. Ante esta tesitura las autoridades malgaches han recomendado evitar las áreas densamente pobladas y usar mascarillas.
Además, hay nueve países identificados por esta organización que están en alerta por alto riesgo de propagación: Sudáfrica (que mantiene estrechos vínculos comerciales y turísticos con Madagascar), Las Comoras, Etiopía, Kenia, Mauricio, Mozambique, Reunión (Francia), Las Seychelles y Tanzania .
Una de las mayores pandemias de la historia
La peste negra o muerte negra ha sembrado el pánico en las comunidades urbanas de gran parte del mundo durante cientos de años. Debe su adjetivación cromática a la decoloración negra de los dedos de manos y pies como resultado de la coagulación de la sangre y posterior gangrena.
Se estima que en el siglo XIV esta enfermedad acabó con la vida de casi dos tercios de la población del norte de Europa y se calcula que mató entre 50 y 75 millones de personas en todo el mundo, siendo una de las pandemias más devastadoras en la historia de la humanidad . Según los expertos, los primeros casos se dieron en Mongolia (Asia) sobre el 1328 y llegó a Europa posteriormente a través de las rutas comerciales. Alcanzó su punto álgido entre 1346 y 1361 . La peste negra, altamente contagiosa y con varios vectores de transmisión, por aire o por picadura de pulgas infectadas, también asoló China, India, Oriente Medio y Norte de África.
A España entró desde Francia y enseguida causó estragos en la península ibérica, convirtiéndose en uno de los peores enemigos de sus habitantes, incluyendo nobles como Alfonso XI de Castilla o Juana II de Navarra , que también sucumbieron a la plaga. La precaria medicina de entonces poco pudo hacer por los infectados.
En la actualidad la peste -en cualquiera de sus variantes- sigue causando víctimas mortales, si bien es cierto que a una escala mucho menor y de forma más localizada, gracias a una mejor alimentación, higiene y sobre todo al desarrollo de antibióticos. Entre 2010 y 2015 hubo 3.248 casos registrados en todo el mundo, 584 de ellos mortales .
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