Barcos y buzos buscan en Santander a la menor desaparecida

Celia Cavia, de 14 años, salió del colegio el viernes porque se encontraba mal

La niña desaparecida

Rocío Fernández Ortiz

Celia Cavia fue vista por última vez sobre las dos y cuarto de la tarde del pasado jueves, 12 de diciembre, en las inmediaciones del Instituto de Enseñanza Secundaria José María Pereda de Santander, donde la menor, de 14 años, cursa sus estudios. Al parecer, abandonó el centro porque se encontraba mal y, al no regresar a casa, los padres denunciaron su desaparición , tras lo cual se activó un operativo que desde entonces la busca por tierra, mar y aire.

Alta, rubia y de ojos azules, que ese día vestía un abrigo de color gris y con pelo en la capucha, sobre la que desde el principio se ha barajado como principal hipótesis la de una marcha voluntaria aunque no se descartan otras hasta que aparezca. La pista se pierde en Mataleñas, donde habría sido hallada su mochila.

La zona, pegada a la costa y próxima al cabo Mayor, ha sido peinada por agentes policiales, efectivos de emergencias y bomberos municipales, a los que se han sumado voluntarios y perros, que han rastreado los arenales y acantilados desde la playa de Los Molinucos hasta el faro del mismo nombre en cabo Menor.

Asimismo, cuando la visibilidad y las condiciones meteorológicas lo han permitido, se han incorporado al dispositivo dirigido por la Policía Nacional en coordinación con la Local medios acuáticos y buzos , además de helicópteros de Salvamento Marítimo y del Gobierno regional. También se ha unido el equipo de drones del Ejecutivo, provistos con cámara térmica y que han completado un rastreo exhaustivo de toda la costa aunque sin resultados positivos hasta ahora.

El viernes pasado, jornada siguiente a la desaparición y cuando se intensificó la búsqueda con la incorporación de los medios y efectivos del 112, el litoral cántabro permaneció en alerta roja . Se registraron rachas de viento con velocidades cercanas a los 100 kilómetros por hora y olas que llegaron a alcanzar los 20 metros de altura, que impidieron la búsqueda por mar y aire (el helicóptero del Servicio de Emergencias llegó a volar pero tuvo que regresar por los fenómenos meteorológicos adversos).

A medida que han pasado los días se ha ampliado el perímetro para tratar de localizar a la niña y también los medios empleados. Así, por ejemplo, el helicóptero de Protección Civil realizó el sábado batidas por zonas donde podría llegar a encontrarse la menor, así como comprobación de informaciones sobre bultos sospechosos en zonas de mar.

Y ayer, jornada en la que continuaron las tareas sin ninguna novedad, se incorporó a las tareas de rastreo, dirigidas desde el Puesto de Mando Avanzado (PMA) habilitado en Mataleñas , el remolcador (una embarcación polivalente) «Alonso de Chaves» de Salvamento Marítimo que, de regreso de Bilbao, navegó en modo rastreo desde el cabo de Ajo (Cantabria). Hoy hará lo propio el «María de Maeztu», de regreso de Gijón.

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