Unicef

«Una de las peores situaciones que he vivido ha sido ver a niñas de doce años siendo madres»

Inés Lezama, responsable de nutrición de Unicef en República Democrática del Congo, cuenta en una entrevista con ABC que 160 mil niños mueren cada año en el país africano por desnutrición

Inés Lezama, responsable de nutrición de Unicef en República Democrática del Congo Belén Díaz
María Lozano

María Lozano

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Inés Lezama , responsable de nutrición de Unicef en República Democrática del Congo (RDC), ha vivido ya tres brotes de ébola distintos desde que vive en el país africano. Leva allí desde 2016 y en apenas cuatro años ha podido constatar todos los frentes que tiene abierto el país y que ponen en peligro a la población. Uno de los más graves es la desnutrición aguda severa que afecta a los niños.

¿Cuántos niños mueren en RDC?

Se sabe que el 45% de las muertes infantiles están relacionadas con la desnutrición. Puede que no mueran exactamente por ello, pero al estar desnutridos y enfermar, mueren, lo que no ocurriría si hubieran estado bien alimentados. Los cálculos que hacemos en Unicef son de 160 mil muertes por desnutrición al año .

¿Qué ocurre con los que sobreviven?

Los desnutridos crónicos, además del desarrollo físico, que se ve reducido porque tienen una estatura bastante más baja que el resto en función de la edad, lo que se sabe es que pueden tener un desarrollo cognitivo reducido . Esto tiene impacto en el desarrollo del cerebro desde que son jóvenes porque no han recibido los nutrientes suficientes para que se desarrollen distintas partes del cerebro. Es lo que hace que estos niños al final tengan problemas de lenguaje, de aprendizaje que en la edad adulta les reduce muchísimo las posibilidades. Además es cíclico, intergeneracional. El riesgo de que una mujer o una niña desnutrida o con anemia tenga un niño con bajo peso al nacer es altísimo. Se crea un círculo vicioso porque ese niño también estará desnutrido, intentará ir al colegio y no pueda seguir la clase. Si es una niña, el círculo continúa.

¿Cuál es el origen de la hambruna?

Hay tanta desnutrición porque quedan muchísimas enfermedades que todavía persisten , diarreas muy recurrentes, se producen infecciones respiratorias agudas, la malaria está presente y hay una falta de acceso a servicios de salud. Además, no se alimenta a los niños de forma adecuada porque no reciben la cantidad suficiente ni la calidad que les hace falta. La dieta allí no es nada diversificada. Sabemos que solo un 9% tienen una dieta mínima aceptable en la que se coma suficiente en términos de cantidad y variedad.

¿Cuál es la zona más afectada?

En la zona de Kasai comenzó un conflicto étnico en 2017 que desató uno mucho más grande y llegó a las cinco provincias de Kasai. La violencia provocó desplazamientos masivos de población y esto empeoró todavía más la situación. Además, ya partíamos de una situación de pobreza importante y de abandono de la provincia. No hay suficientes infraestructuras y no se produce suficiente en aquella zona. Es un área donde había muchas minas de diamantes y la población no iba al campo porque vivían del diamante. Cuando este tipo de comercio bajó, aumentó el desempleo y para muchos jóvenes fue fácil sumarse a los conflictos porque se les pagaba. A partir de esa época Kasai ha sido una zona en la que el número de alertas nutricionales aumentó muchísimo.

¿Cuál es la peor situación que recuerda en sus cuatro años en RDC?

Situaciones duras hay muchas. Todos los días las veo, no solo en el terreno. A mi me afecta muchísimo la situación de los adolescentes que están en la calle, trabajando y no tienen nada. Pero si tengo que retener una de las peores, es ver a niñas de doce años siendo madres . Comprometen su futuro, el de su familia y además es algo que se puede prevenir, que se puede cambiar fácilmente.

¿Por qué parece que en Europa o Estados Unidos no importa la hambruna en África?

Porque lo vemos lejano. Creemos que no tiene nada que ver con nuestro día a día, pero tenemos que ser conscientes de la interdependencia que hay en el mundo. Cualquier decisión que tomemos repercute allí y cualquier decisión que se pueda tomar en RDC influye aquí. No hay que olvidarse que de RDC es de donde sale mucha materia como el coltán y como muchos otros elementos que utilizamos.

Además del hambre y la violencia, ¿a qué otros frentes se enfrenta el país africano?

Epidemias, inseguridad alimentaria, problemas de seguridad generales y en grandes ciudades, un reto demográfico porque la población crece muchísimo a gran ritmo y otro unbanístico, ya que el medio rural se desplaza hasta las zonas urbanas que están saturadas y la gente vive en espacios reducidos y con poco acceso a la agricultura de subsistencia. El cambio climático también es importante para la RDC por el impacto que tiene en la agricultura, en el acceso al agua. Es un país que tiene poca capacidad de absorber cualquier choque externo y si encima hay cambios en la época de lluvias, empeoran las condiciones de salud porque proliferan las enfermedades como la malaria o el cólera.

Para intentar solventar todo esto, ¿cuántos fondos necesita Unicef?

En 2020 estamos pidiendo 262 millones de dólares para el trabajo de Unicef en contribuición con otras organizaciones a reducir las necesidades de estos niños en contexto humanitario. Hablamos de casi 16 millones de personas que necesitan ayuda. Casi la mitad, 132 se destinarán a la nutrición. En cuanto a las necesidades más a largo plazo, acabamos de firmar un nuevo programa de cooperación entre el gobierno y Unicef de 2020 a 2024 y las necesidades estimadas para estos años son muchísimo más grandes. Sabemos que tenemos una aportación limitada en un país tan grande que tiene muchas necesidades.

¿Qué habría pasado en RDC sin la ayuda de la organización?

En términos de nutrición, si no hubiéramos estado allí probablemente no hubiéramos salvado la vida de 1,5 millones de niños en los últimos tres años. Tampoco habríamos conseguido suplementar vitamina a los 12 millones de niños cada año, medida con la que hemos conseguido mejorar, aunque tímidamente, la alimentación infantil. Por ejemplo la lactancia materna exclusiva ha aumentado en los últimos 6 años.

¿Con los fondos que solicitan se solucionaría el problema?

Eso lo que haría es salvar vidas, tratar casos de desnutrición aguda severa. Lo que no haría sería prevenir. Para nosotros es fundamental la prevención , pero ahí es donde menos llamamiento se hace y donde menos apoyo hay porque es menos visible. Es donde Unicef debería invertir muchísimo más sus esfuerzos.

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