La pareja que consiguió 1,8 millones expoliando a ancianos ricos y extranjeros

La Guardia Civil de Cádiz ha logrado destapar el calvario vivido por al menos cuatro ancianos con características comunes (extranjeros, ricos y sin familia), a manos de una pareja alemano-cubana

María Babes, una de las personas mayores retenidas en la falsa residencia de Chiclana

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María Babes se tomó un quinto de cerveza y estuvo tocando la pandereta para celebrar la Navidad con el resto de ancianos ingresados en la residencia de Novo Sancti Petri de Chiclana (Cádiz). Tenía 101 años y una lucidez asombrosa. Esas imágenes se grabaron a las once de la mañana. A las cuatro de la tarde había muerto cuando iba en coche con sus supuestos cuidadores, que la convencieron para que volviera con ellos al « chalé de los horrores ». A las 24 horas ya estaba incinerada. Sus falsos cuidadores han ingresado en la cárcel de Puerto III. La Guardia Civil de Cádiz ha logrado destapar con la historia de María el calvario vivido por al menos cuatro ancianos con características comunes (extranjeros, ricos y sin familia), a manos de unos monstruos .

La operación Teydea se inició cuando los agentes recibieron una solicitud de colaboración de la Policía de Frankfurt para localizar a una compatriota, María Babes. Había vivido en Tenerife pero más tarde se mudó a Cádiz y se le perdió la pista. Los investigadores la encontraron en la citada residencia. Estaba allí después de un ingreso hospitalario en situación gravísima que hizo peligrar su vida . En ese riesgo la habían colocado las personas que en teoría tenían que haberla cuidado. Esos informes iniciales ya apuntaban las primeras negligencias.

Pero había más. En octubre del año pasado la anciana tenía en el banco 162.000 euros. En diciembre su cuenta había mermado hasta los 300 euros. La mujer les contó a los agentes qué había sucedido desde que conoció a una pareja cubana en Tenerife. La convencieron de que la cuidarían y mimarían, si se trasladaba con ellos a Cádiz. No había amor ni cariño ni compasión, solo el suculento botín que esperaban lograr: propiedades inmobiliarias y una buena pensión.

Poderes notariales falsos

Al llegar a Cádiz la tuvieron durante meses encerrada y maniatada en un chalé, cuyo alquiler pagaba ella. « ¿Por qué firmó usted poderes notariales a favor de esa pareja? », le preguntaron los agentes. María había otorgado dos poderes a sus cuidadores para manejar sus bienes y los nombró sus herederos. La mujer lo negó rotundamente. Dichos poderes eran falsos, de hecho se otorgaron cuando ella estaba ingresada grave en el hospital; fue otra anciana, holandesa, a la que embaucaron para dichas firmas. Se investiga si la Notaría actuó con la diligencia debida a la vista del resultado.

Los agentes pidieron una orden de alejamiento de la pareja alemano-cubana de María que no fue autorizada y, de nuevo con artimañas (con los citados poderes falsos) lograron llevársela de la residencia el día en que murió. Los empleados de la funeraria constataron más tarde las prisas que tenían los cuidadores para incinerarla , aunque ni siquiera se llevaron las cenizas tras protagonizar una farsa de sollozos y desmesuradas muestras de cariño.

Un juez de Chiclana de la Frontera autorizó la entrada y registro en el chalé situado en el Camino de la Isla del Sotillo, cerca de Novo Sancti Petri y la detención de los sospechosos. Pese a que se habían llevado a la mujer con el argumento de cuidarla mejor en casa, la Guardia Civil e ncontró dos billetes de avión comprados con antelación con destino a Cuba y una reserva de varios días en el Hotel Meliá Varadero, un resort de lujo de la isla . «Está claro que no iban a cuidar de nadie», señalan los investigadores.

La sorpresa llegó cuando descubrieron que tenían alquilado otro chalé, cerca del anterior, la auténtica casa del terror. Allí había una anciana holandesa y un anciano alemán , en habitaciones pocilga, atados, drogados y alimentados con sondas nasográstricas. Las puertas de los cuartos tenían cerrado el pestillo por fuera. Eran sus prisioneros. Ambos han sido rescatados de ese infierno y se recuperan en una residencia de Jerez.

La investigación ha puesto al descubierto que otras cuatro personas, que estuvieron al cargo de la pareja, murieron de forma repentina, una vez que sus bienes habían pasado a manos de los falsos cuidadores.

En cuatro años han amasado un capital que supera 1,8 millones de euros, obtenidos expoliando a ancianos desvalidos. Los beneficios se canalizaban y blanqueaban a través de canales bancarios e inmobiliarios, según la Guardia Civil. Su inminente proyecto era la construcción de un complejo hotelero en la playa de El Palmar (Cádiz), en suelo no urbano, para lo que habían aportado documentación falsificada. Iban a financiarlo a través de una empresa creada para ese fin y con individuos interpuestos . Se ha detenido a cuatro personas más e imputado a otras nueve por blanqueo. A la pareja cubana se la acusa de estafa, falsedad documental, apropiación indebida, maltrato familiar, blanqueo y alzamiento, entre otros delitos.

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