«Para acabar con el adoctrinamiento en el aula, basta enseñar Historia»

Gabriel Albiac, Jon Juaristi y Xavier Pericay trazan los patrones nacionalistas de instrucción educativa

Mesa redonda con Alicia Delibes, Gabriel Albiac, Xavier Pericay y Jon Juaristi sobre el adotrinamiento en las aulas Maya Balanya
Érika Montañés

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Gabriel Albiac, Jon Juaristi y Xavier Pericay conforman el comité de sabios a los que la Fundación Villacisneros concedió este jueves el timonel para que dirigieran su segundo Foro de la Educación . El tridente intelectual marcó el rumbo hacia un debate que, como el océano, no tiene fin -«Los nacionalismos y la educación. El adoctrinamiento en las aulas»- y apuntó las diferencias que están marcando los patrones nacionalistas en regiones como País Vasco y Cataluña para instruir a los alumnos del hoy, adultos del futuro.

Para llegar a encontrarse en aseveraciones como que en «el País Vasco la patria no es la lengua, porque ni Sabino Arana hablaba eusquera; allí la patria es la raza, la vasca», partieron de un caso diferente, el catalán, donde la estructura cultural y política se articula en torno a la lengua, la principal batalla con la que inocular el virus nacionalista en las aulas.

El punto de partida de la diatriba de los tres docentes fue curiosa. En el foro se proyectó la intervención en 2013 de Pablo Iglesias ante las Juventudes Comunistas de Aragón, ante quienes el líder de Podemos instruyó con una enseñanza básica: «Primero hay que usar la propaganda, manejarla, al menos hasta que controlemos [por el partido morado] el Ministerio de Educación».

Tras ironizar sobre los dominios de Isabel Celaá en este departamento en la actualidad, Juaristi, catedrático de Literatura en la Universidad de Alcalá de Henares, enraizó el problema en el pasado, cuando se «confundían intermezcladas» la historia, la pedagogía y el adoctrinamiento . En cambio, en el 68 se pecó de la floración de «utopías pedagógicas para proporcionar una metodología a la nueva enseñanza». La finalidad era crear un hombre nuevo. El problema es que, según Juaristi, las humanidades y su enseñanza arrastran «un gran componente de adanismo», como si los dirigentes del presente acabasen de llegar para alumbrar nuevas sendas y lo hicieran con la consigna de ignorar lecciones vitales del pasado.

Pericay, exresponsable de Educación de Ciudadanos, arguyó que esa negación de la tradición es la principal proclama nacionalista en el ámbito educativo. «A menudo en los libros de texto se encuentra la idea de crear un hombre nuevo . ¿La razón? Hay que transformar a la sociedad y la forma para hacerlo es la educación. La propaganda está en los medios, pero la inmersión lingüística es más sutil y eficiente en el aula. En Cataluña, por ejemplo, significa que cuando un niño entra en clase, ya no existe más universo que el catalán». Decía bien Iglesias porque hay una idea adánica de empezar cada día con la educación para formar hombres nuevos y despreciar el saber de los clásicos, la cultura occidental y el cristianismo, coligió Juaristi.

Exquisita escuela pública

Los tres intelectuales defendieron con ahínco la necesidad de instruir con exquisitez técnica en las escuelas públicas para formar a los alumnos. Pero tampoco ocultaron que en el marco de esa enseñanza más moderna, se está imponiendo en los colegios de más de una región un apriorismo: la «exclusión» lingüística. De ahí que sean pesimistas en su diagnóstico: la escuela pura no se recuperará.

La batalla más efectista para inocular el virus nacionalista se libra con la lengua «Estar en una lengua es estar en una doctrina», consensuó el sanedrín intelectual, con especial incidencia en Cataluña y Balares, autonomías que conoce muy bien Pericay. Albiac, catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, invitó al aforo a recordar a Jordi Pujol i Soley, cuando adiestraba: « Si se salva la lengua, se salvará todo ». «Si controlas la lengua, controlas la subjetividad al 100% -dedujo el también columnista de ABC-; en los colegios, en las televisiones, en todo...». La idea de que hay que construir una lengua y en torno a ella se arremolinarán todas las mitologías nacionales es el arranque de toda la Filosofía occidental. También el nazismo ideó una nueva lengua, paralela a la realidad, subrayó.

Para el exdirector del Instituto Cervantes, «el fracaso de la ideología nacionalista en el País Vasco es el triunfo de la ideología no nacionalista». «Para combatir el adoctrinamiento en las aulas vascas, hay que enseñar Historia» , esbozó.

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