El Papa vuelve a las audiencias virtuales ante el avance de la segunda ola del virus

El Vaticano decide volver a retransmitir las catequesis de los miércoles desde la biblioteca tras registrarse un positivo en la cita del pasado 21 de octubre

El Papa Francisco en una imagen de archivo EFE

Javier Martínez-Brocal

Uno de los encuentros fijos del Papa es la llamada «audiencia general» que se tiene puntualmente cada miércoles a las 9 de la mañana. Allí acuden grupos de católicos de todo el mundo para escuchar una catequesis del pontífice, que concluye con saludos en varios idiomas y una bendición.

Son momentos alegres y relativamente informales en los que el Papa suele detenerse libremente a departir con los participantes a lo largo del pasillo central y en las primeras filas de la gran sala de audiencias del Vaticano, el Aula Pablo VI.

Pero desde el pasado 14 de octubre Francisco se vio obligado a limitarse a saludar desde el estrado, a unos veinte metros de las primeras filas de peregrinos.

«Yo querría, como hago normalmente, bajar y acercarme a vosotros para saludaros, pero con las nuevas normas es mejor mantener las distancias», explicó Francisco. «Permaneced a una distancia prudente, como se debe hacer, porque cuando bajo todos se acercan y provocan aglomeraciones», añadió.

También ayer justificó la distancia explicando que está al acecho «la señora covid, que hace mucho daño».

Efectivamente, la medida ha reducido la presencia de peregrinos -muy pocos ya este miércoles-, pero ha evitado nuevos contagios pues uno de los asistentes a la audiencia general del 21 de octubre ha resultado positivo.

Como consecuencia, el Vaticano ha decidido suspender las audiencias presenciales y a partir de ahora el Papa tendrá este encuentro semanal sin peregrinos. Sin duda una decisión que tranquilizará a los médicos de Francisco, que mantiene las distancias, pero evita usar la mascarilla.

Igual que durante la primera fase de la pandemia, el Vaticano retransmitirá en directo la catequesis que el Papa tendrá los miércoles desde su biblioteca en el Palacio Apostólico, acompañado sólo por los monseñores que traducen sus saludos a otros idiomas.

El Vaticano está replicando las medidas de contención de la pandemia que entran en vigor en Italia. Por eso, Francisco ha aceptado adaptar su agenda y el formato de sus encuentros.

Por ejemplo, el próximo lunes. Será día de los difuntos, una jornada en la que los pontífices suelen visitar un cementerio de Roma o alrededores. Pero Francisco no saldrá de casa e irá al pequeño cementerio teutónico, dentro de los muros del Vaticano, que surgió para enterrar a los antiguos peregrinos alemanes que peregrinaban a la Ciudad Eterna.

Además, el 5 de noviembre tendrá una misa en la basílica por los cardenales y obispos que han fallecido a lo largo del año. La hará prácticamente a solas, pues podrán asistir unas decenas de peregrinos, como ocurrió en Semana Santa.

Es el mismo esquema que seguirán para las ceremonias de Navidad. La pandemia ha obligado al Vaticano a fijar con muy pocos días de margen la agenda del Papa, para adaptarla a las cambiantes circunstancias. Por ejemplo, no ha aclarado cómo será el consistorio de creación de nuevos cardenales previsto para el 28 de noviembre. Es probable que la mayoría de los 13 nuevos purpurados -entre ellos el navarro Celestino Aos, arzobispo de Santiago de Chile- reciban la birreta púrpura de manos del nuncio sin salir de sus países.

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