El Papa urge «ir a la raíz de las causas de los desastres climáticos»

Advierte que «no se puede mirar solo al consenso inmediato de los propios electores o financiadores»

Reuters
Juan Vicente Boo

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En su continuo esfuerzo por hacer frente a la triple crisis que atraviesa el mundo -sanitaria, económica y ecológica-, el Papa Francisco ha subrayado este sábado que «hace falta la voluntad real de ir a la raíz de las causas de los desastres climáticos actuales», identificadas con precisión por la comunidad científica.

Dirigiéndose a los responsables de las naciones, el Papa ha advertido que «no basta con los compromisos genéricos, ni se puede mirar solo al consenso inmediato de los propios electores o financiadores».

En un encuentro con miembros de la Comunidad «Laudato si», que promueve iniciativas para poner en práctica su mensaje de «ecología integral» en distintos países, el Santo Padre ha señalado que «la salud del ser humano no puede prescindir de la del medio ambiente, como demuestra incluso la pandemia».

Los ejemplos positivos resultan todavía pocos pues, según Francisco, «hoy la naturaleza no se admira, se devora. La mirada a la realidad es cada vez más rápida, distraída, superficial, mientras que en poco tiempo se queman los bosques y las noticias».

En su opinión, demasiadas veces, «hay gran afán por la última ‘app’, pero no se conocen los nombres de los vecinos, y mucho menos se sabe distinguir los tipos de árbol…».

Ante esa patología, «es necesario pararse para que el corazón no enferme. No es fácil. Pero, por ejemplo, hay que liberarse de la tiranía del teléfono móvil para poder mirar a los ojos a las personas que tenemos al lado y la naturaleza que nos ha sido dada».

En una línea más teológica, y dirigiéndose a visitantes de distintas religiones, el Papa ha invitado a ver tanto la naturaleza como las personas «con la mirada de Dios, que a pesar de todo el mal que hacemos nos ve siempre como hijos amados. Nos ve como hermanos y hermanas de una misma familia que vive en la misma casa, la casa común».

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