El Papa se toma vacaciones en Roma
Durante tres semanas de julio no tendrá prácticamente ningún encuentro público
«Vivir no es sólo trabajar. Hay que pensar en la sana cultura del ocio, hay que saber descansar» , dijo hace un años el Papa a sindicalistas. Y predica con el ejemplo, aunque a su manera.
Francisco acaba de comenzar sus tradicionales tres semanas de «vacaciones en Roma»: ni él ni Benedicto XVI pretenden abandonar el Vaticano en los calurosos meses de julio y agosto.
En el caso de Francisco, de 81 años, el cambio de aires se limitará a levantarse un poco más tarde, reducir al máximo las reuniones de trabajo y prácticamente eliminar los encuentros públicos.
Por ahora pasará la mayor parte del tiempo en su habitación, la 201 de Casa Santa Marta. En su agenda sólo aparecen los ángelus del domingo y un consistorio con los cardenales que estén en Roma el 19 de julio , para fijar la fecha de canonización del napolitano Nunzio Sulprizio.
Tampoco tendrá las tradicionales audiencias generales hasta el miércoles 1 de agosto, ni las misas con peregrinos en Santa Marta, hasta principios de septiembre.
En agosto el Papa retoma el trabajo , pero el ritmo es mucho menor pues la mayor parte de la maquinaria vaticana está de vacaciones. Su primer gran encuentro tendrá lugar el fin de semana del 11 y 12 de agosto, cuando se reunirá con decenas de miles de jóvenes italianos en el Circo Massimo de Roma y en la plaza de San Pedro.
El enemigo de las vacaciones del Papa Francisco es la ciática , que en los últimos meses no le ha dado tregua . Le obliga a cojear y le dificulta ponerse de rodillas y levantarse. Veremos si el cambio de ritmo mejora las cosas.
Jorge Mario Bergoglio solía quedarse siempre en casa por vacaciones. Cuando tenía 14 años, su padre le puso a trabajar durante vacaciones en una fábrica de calcetines . Durante dos veranos se dedicó a la limpieza, y desde el tercero, a la contabilidad.
Cuando era formador del Colegio Máximo de los jesuitas en Argentina, le gustaba quedarse en el gran edificio para dar continuidad, mientras los demás por turnos se marchaban para participar en otras actividades. Como arzobispo de Buenos Aires, mantuvo esta costumbre.
Lo curioso es que desde que vive en el antiguo monasterio Mater Ecclesiae, en el corazón de los Jardines Vaticanos, el leal Benedicto XVI no abandona su casa si no lo hace el Papa Francisco . Por eso, también él pasará estos días en Roma.
Francisco le propuso que pasara unos días en Castel Gandolfo, para disfrutar del fresco de las colinas del Sur de Roma, pero Benedicto, de 91 años, no ha aceptado. Desde que se trasladó al Vaticano, el Papa emérito sólo ha abandonado su casa de Roma en julio de 2015, durante la semana en la que Francisco viajó a Ecuador, Bolivia y Paraguay.
«Siempre me tomo vacaciones, pero sin abandonar mi ambiente: cambio de ritmo, duermo más, leo cosas que me gustan, escucho música, rezo más tiempo... y todo esto me descansa», explicó Francisco durante una de sus conversaciones con periodistas en el avión papal. La lección de los papas es que no cambiar de casa no significa olvidarse de descansar.
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