El Papa retira a la Secretaría de Estado la gestión de fondos
Deberá entregar la llave de su caja fuerte antes de tres meses
El Vaticano ha hecho pública una carta del Papa en la que comunica personalmente al cardenal Pietro Parolin que ha decidido retirar a la Secretaría de Estado el control y la gestión de recursos económicos y financieros.
La decisión es un paso importante en el proceso de centralización del control del gasto, que ya adelantó hace unas semanas el prefecto de la Secretaría para la Economía, el jesuita español Juan Antonio Guerrero Alves. Además, permitirá que el departamento que constituye el motor central del Vaticano concentre sus energías en lo que sus ámbitos de exclusiva competencia, que incluye la política exterior de la Santa Sede.
En la misiva del Papa, fechada el 25 de agosto, comunica que estos fondos pasarán al APSA, siglas del organismo que administra el patrimonio de la Santa Sede.
La medida afecta al llamado Óbolo de San Pedro, que recoge las aportaciones de todas las diócesis para la financiar la gestión de la Curia vaticana; a un fondo de reserva de la Secretaría de Estado; y al llamado «fondo discrecional» del Santo Padre.
A partir de ahora, el principal departamento del Vaticano ya no estará por encima del resto de la Curia vaticana , al menos en términos financieros. Deberá presentar cada año un presupuesto a la Secretaría para la Economía y recibirá del APSA la cantidad aprobada.
«Estamos trabajando para que la gestión sea más prudente, transparente y profesional», explicó hace pocos días Nunzio Galantino, principal responsable del APSA. «Se trata de aplicar los controles oportunos para que las inversiones sean éticas, inspiradas a la Doctrina Social de la Iglesia, y fructíferas», añadió.
Galantino explicó que desde hace meses la Secretaría de Estado informaba por propia iniciativa de sus operaciones a los organismos de vigilancia y consultaba los gastos extraordinarios. Evidentemente la experiencia ha aconsejado institucionalizar este modelo.
A Francisco le preocupa que el bajo nivel de vigilancia del gasto en el departamento administrativo de la Secretaría de Estado. En la carta pide al cardenal Parolin que su departamento «salga o elimine el peligro reputacional de las inversiones en Londres y del llamado Fondo Centurion».
Se refiere a la opaca operación de compra de un edificio en Londres con fondos de la Secretaría de Estado, en la que los intermediarios han sacado entre 73 y 166 millones de euros al Vaticano. La fiscalía vaticana ve indicios de delito en la operación y lleva meses interrogando a los implicados.
El Papa mencionaba el «Centurion Global Fund», con sede en Malta. La Secretaría de Estado invirtió al menos 70 millones de euros en él, que desvió una parte a paraísos fiscales o lo utilizó para producir películas como la secuela de «Men in Black» o la biografía de Elton John «Rocketman».
Lo que está claro es que Francisco tiene prisa. Por eso, ha encargado a los tres más altos cargos de las instituciones implicadas que coordinen el proceso de transición para que esté concluido antes de tres meses. Como resultado final, lo único que queda claro es que será más difícil malgastar el dinero del Vaticano.