El Papa recuerda a la Curia Vaticana que Dios «va en busca de la oveja perdida»
El Santo Padre pide «que nadie se sienta descuidado o maltratado»

Después de haber escuchado en el Aula Pablo VI -sentado en la parte del público-, una meditación del padre Marko Rupnik, el Papa Francisco se sumó en medio de los fieles a la procesión de empleados de la Curia Vaticana que el lunes caminaban sobre los adoquines hacia la puerta santa de la basílica de San Pedro para ganar el Jubileo de la Misericordia .
Francisco había querido que el acto tuviese un estilo sencillo, humilde, y su intervención se limitó a presidir la misa y pronunciar una breve homilía justo en la festividad de la Cátedra de San Pedro, que subraya la responsabilidad de enseñar la doctrina.
Su principal mensaje a la Curia Vaticana es que Dios «va en busca de la oveja perdida, trae de nuevo al redil a la perdida, venda a la herida y cura a la enferma». Era un programa de servicio, pues «a los pastores se nos pide tener como modelo a Dios mismo, que cuida su rebaño».
La mayoría de los asistentes eran empleados laicos, de los casi cinco mil que trabajan en la Santa Sede y el Estado del Vaticano. El Santo Padre les pidió «cultivar y practicar en nuestro ambiente de trabajo un fuerte sentido pastoral, sobre todo respecto a las personas que vemos todos los días: que nadie se sienta descuidado o maltratado ».
Eran consejos muy sencillos que contribuyen a mejorar, al mismo tiempo, el modo de tratar a los demás, sobre todo a los obispos y sacerdotes que vienen de lugares lejanos y solían encontrarse algunas veces con una Curia demasiado engreída .
El «cambio de cultura» promovido por el Papa se nota ya en el ambiente, mientras avanza hacia su fase final el «cambio de estructura», que culminará dentro de unos meses la reforma organizativa de la Curia.
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