El Papa recibe a Biden con inquietud por el cambio climático, los refugiados y el rearme

Francisco recibe también a los mandatarios de India y Corea

Biden y Francisco durante una visita a Washington en 2015 REUTERS
Juan Vicente Boo

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El Papa Francisco recibirá este viernes por primera vez como presidente a Joe Biden , quien ya acudió al Vaticano en dos ocasiones como vicepresidente y recibió al Santo Padre en el Congreso de Estados Unidos en 2015 para un discurso solemne ante las dos cámaras en sesión conjunta . Los dos católicos más importantes del mundo se conocen bien y se aprecian, aunque discrepan en varios terrenos.

El encuentro de este viernes a mediodía será muy cordial. El Papa y Biden -hostigados sistemáticamente por dos docenas de obispos conservadores muy politizados - comparten posturas similares ante el cambio climático y la pandemia.

Aunque no irá a Glasgow, Francisco lleva meses movilizando discretamente a jefes de Estado y a los líderes de las grandes religiones mundiales , que acudieron el pasado 4 de octubre a Roma para realizar un llamamiento, junto con destacados científicos, a los participantes en la COP26 sobre cambio climático, el destino de Biden después de la cumbre del G20 en Roma.

Los líderes religiosos pidieron a los gobernantes que sean mucho más enérgicos -asumiendo el inevitable coste económico- en la descarbonización y la reducción de emisiones de «efecto invernadero» que están provocando un desastroso cambio climático.

Al tímido ritmo actual de recortes y promesas hechas, la temperatura no subirá 1,5 grados centígrados -el límite que fijó la conferencia de París-, sino tres grados, con efectos mucho más catastróficos de los que ya empiezan a verse desde California a Siberia o Alemania.

Biden entiende bien el problema climático , pero no comparte la sensibilidad del Papa respecto a los refugiados -víctimas de guerras caprichosas o de la subida de temperaturas-, y ha cerrado las puertas de su país, a veces de modo degradante para los rechazados. Durante la campaña electoral, Trump era explícitamente inhumano respecto a los refugiados, pero la actitud verbalmente más receptiva de Biden no se ha traducido en hechos.

La pandemia del Covid-19

Según la agenda oficial adelantada por la Casa Blanca, el Papa y el presidente abordarán los derechos humanos, la pandemia, el cambio climático y la ayuda a los pobres . El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, ha añadido el tema de migraciones, que Francisco plantea a casi todos sus visitantes con un mínimo de capacidad de ayudar.

El punto que Estados Unidos evita a toda costa mencionar es su rearme nuclear y su artificiosa escalada de tensiones con China a base de ejercicios navales conjuntos de portaviones norteamericanos, británicos y japoneses frente a sus costas, y el suministro de submarinos de propulsión nuclear a Australia en el cuadro de la nueva alianza AUKUS, que ha desestabilizado repentinamente a la OTAN.

El Vaticano sabe que todas estas maniobras responden a intereses económicos de las industrias militares norteamericanas en un gigantesco plan agresivo que se puso en marcha durante el mandato de Trump.

Pero ve con inquietud que Biden no lo aminora, y que esa dinámica contribuye no solo a crispar a China, dificultando sus posibilidades de evolución democrática, sino también a crear un eje defensivo Pekín-Moscú. De hecho, las marinas de ambos países acaban de realizar los primeros grandes ejercicios navales ruso-chinos en torno a Japón como respuesta a las provocaciones de Estados Unidos y sus aliados.

Cuando el mundo está lidiando con dos problemas de primera magnitud - el cambio climático y la pandemia -, Francisco intenta evitar la creación de una nueva 'Guerra Fría' entre Estados Unidos y China durante los próximos veinte años para beneficio de las industrias de armamento y agobio de toda la humanidad.

Campaña contra China

Al mismo tiempo, el Papa intenta escapar de la presión de intereses político-económicos norteamericanos que intentan sumarle a su campaña contra China, y de la frecuente intoxicación informativa de medios financiados por Taiwán.

El Vaticano es el único protagonista relevante entre los 15 estados -eran 32 en el año 2000- que todavía mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán en lugar de China. Aún así, Francisco ha logrado establecer con Pekín en 2018 un acuerdo para el nombramiento de obispos por el que se batieron sin éxito Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Este acuerdo -una de las pocas áreas de libertad religiosa que se mantienen en China- sufre martillazos continuos de los conservadores norteamericanos , pero el trabajo de Francisco es ser «pontifex», constructor de puentes.

En esa línea recibirá el viernes al presidente Moon Jae-in, de Corea del Sur, quien volverá a proponerle un viaje a Corea del Norte, como ya hizo en 2018 al trasmitirle una invitación oficiosa del dictador Kim Jong-un . El Papa volverá a responderle que está dispuesto a ir, por el bien de la paz, siempre que el presidente norcoreano le invite de modo oficial.

Mucho más importante es la visita del primer ministro de la India, Narendra Modi, el próximo sábado. Francisco le pedirá que su partido hinduista, el Bharatiya Janata Party (BJP), deje de promover hostilidades contra los musulmanes y contra los cristianos, que son el 2,3 por ciento de la población del país.

Como su peso político y económico es muy reducido, tanto el BJP como el partido del Congreso los utilizan como chivo expiatorio para descargar el malestar de la población . Según un informe reciente, los cristianos han sufrido hostilidad o persecución en 21 de los 28 estados de la India, ante la indiferencia casi general de la policía y las autoridades.

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