El Papa al pueblo egipcio: «Nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega, necesita agentes de paz»

Viajará este viernes a El Cairo «con el corazón lleno de gratitud y rebosante de alegría»

Juan Vicente Boo

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En vísperas del delicado viaje que emprende a Egipto el viernes 28, el Papa Francisco ha manifestado este martes en un videomensaje de saludo a todo el país que «nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega -que también ha golpeado el corazón de vuestra querida tierra- tiene necesidad de paz, de amor y de misericordia».

El Santo Padre insiste en que el mundo «tiene necesidad de agentes de paz y de personas libres y liberadoras; de gente valiente que sepa aprender del pasado para construir el futuro sin encerrarse en prejuicios». Tiene necesidad, según Francisco, «de constructores de puentes de paz, de diálogo, de fraternidad, de justicia y de humanidad».

Hablando en italiano, el Papa emplea un tono muy afectuoso y esperanzador desde sus primeras palabras de saludo: «Querido pueblo de Egipto: Al Salamò Alaikum! ¡La paz esté con vosotros! Con el corazón lleno de gratitud y rebosante de alegría visitaré dentro de pocos días vuestra amada Patria».

Les recuerda que su país es «cuna de civilización, don del Nilo, tierra de sol y hospitalidad, donde vivieron Patriarcas y Profetas, y donde el Dios, Clemente y Misericordioso, Todopoderoso y Único, hizo resonar su voz».

Después de esa referencia a Moisés y el Monte Sinaí , Francisco manifiesta: «Me siento realmente feliz de ir como amigo, como mensajero de paz y como peregrino al país que, hace dos mil años, dio refugio y hospitalidad a la Sagrada Familia, que huía de las amenazas del Rey Herodes».

El Papa desea «que esta visita sea como un abrazo de consuelo y de aliento para todos los cristianos de Oriente Medio , un mensaje de fraternidad y de reconciliación para todos los hijos de Abrahán, de manera particular para el mundo islámico», y que «contribuya eficazmente al diálogo interreligioso con el mundo islámico y al diálogo ecuménico con la venerada y amada Iglesia Copta».

Y se despide en tono muy familiar: «Queridos hermanos egipcios, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres, musulmanes y cristianos, ricos y pobres…, os abrazo cordialmente y pido a Dios Todopoderoso que os bendiga, y proteja vuestro País de todo mal».

Como hace habitualmente en casi todos los encuentros, sus últimas palabras son: «Por favor, rezad por mí. Shukran wa Tahiahì! Gracias y ¡viva Egipto!».

El momento más importante del viaje será su discurso del viernes en la Conferencia Internacional de Paz organizada conjuntamente por la Universidad de Al Azhar -centro teológico de los musulmanes sunníes- y el Consejo Islámico de los Ancianos, con sede en Abu Dhabi (EAU), creado por personalidades de países islámicos para « poner fin al sectarismo y la violencia que afligen desde hace décadas al mundo musulmán».

Nunca un Papa había sido invitado a tomar la palabra en la tribuna teológica más destacada del mundo islámico.

Es una iniciativa muy valiente del Gran Imán de Al Azhar, Ahmed el Tayyeb, quien expuso personalmente la idea a Francisco durante su visita del 23 de mayo de 2016 al Vaticano. El videomensaje del Papa deja muy claras las razones de su respuesta positiva.

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