El Papa pide en un libro entrevista una Iglesia más cercana a gais y divorciados
Escrito por el «vaticanista» Andrea Tornielli, el Pontífice contesta a las preguntas del periodista con numerosas anécdotas y vivencias propias abordando temas como la corrupción o la falta de misericordia
Ya está en librerías de 86 países del mundo «El nombre de Dios es misericordia», el primer libro del Papa Francisco, un ágil y sugestivo diálogo con el periodista italiano Andrea Tornielli sobre el tema clave de su pontificado: la misericordia.
«No se trata de una obra de literatura ni de un estudio específico», explicó Francisco durante un breve encuentro con los editores italianos. «Es experiencia. Es vida. Es mi vida, es cómo he experimentado la misericordia de Dios», añadió.
La obra toma el título de una frase de Benedicto XVI que luego asumió el Papa Francisco. «Yo no he descubierto el tema de la misericordia. Mis predecesores han hablado sobre él, y yo estoy continuando ese camino que han marcado», asegura el Papa.
A lo largo de nueve capítulos, responde en primera persona a preguntas con el Jubileo actual como hilo conductor, sobre todo porque es la pieza clave de su pontificado. En sus respuestas toca temas muy diferentes como la homosexualidad, la soledad, la corrupción o la indiferencia.
«La Iglesia condena el pecado porque debe decir la verdad. Dice: 'Esto es un pecado'. Pero al mismo tiempo abraza al pecador que se reconoce como tal, se acerca a él, le habla de la misericordia infinita de Dios », dice Francisco en el libro. «Pero el pecado es más que una mancha. El pecado es una herida, hay que curarla, medicarla», añade.
El autor del libro evita entrar en polémicas circunstanciales, pero le interroga sobre su experiencia como confesor de personas homosexuales. «Me gusta que se hable de 'personas homosexuales»: primero está la persona, con su entereza y dignidad. Y la persona no se define tan sólo por su tendencia sexual: no olvidemos que somos todos criaturas amadas por Dios, destinatarias de su infinito amor», responde el Papa.
«Yo prefiero que las personas homosexuales vengan a confesarse, que permanezcan cerca del Señor, que podamos rezar juntos. Puedes aconsejarles la oración, la buena voluntad, señalarles el camino, acompañarlos», añade en el libro.
La fuerza del libro está en la sencillez del lenguaje del Papa y en los ejemplos de cotidianeidad y testimonios de su vida. «Yo tengo una sobrina que se ha casado civilmente con un hombre antes de que este obtuviera la nulidad matrimonial. Querían casarse, se amaban, querían hijos y han tenido tres (...) Este hombre era tan religioso que todos los domingos, yendo a misa, iba al confesionario y le decía al sacerdote: 'Se que usted no me puede absolver, pero he pecado en esto y en aquello otro, déme una bendición». Esto es un hombre formado religiosamente'», pone como ejemplo el Papa.
El Papa habla en sus respuestas de la necesidad de respetar la dignidad de todos, de las prostitutas, de los presos, con quienes siente cercanía especial pues confiesa que la pregunta que se hace entra en una cárcel: «¿Por qué ellos y no yo?».
«Es como tener al Papa en el bolsillo»
El Papa reserva sus palabras más duras a los corruptos, «que se indignan porque les roban la cartera y por la poca seguridad que hay en las calles, pero después engañan al Estado evadiendo impuestos y quizá hasta despiden a sus empleados cada tres meses para evitar hacerles un contrato indefinido, o se aprovechan del trabajo en negro».
En fin, recuerda que «la Iglesia no está en el mundo para condenar, sino para permitir el encuentro con ese amor visceral que es la misericordia de Dios». Por eso, debe ser «una Iglesia que caliente el corazón de las personas con la cercanía y la proximidad».
El padrino de la presentación en Roma fue el director y actor de cine Roberto Benigni, quien entre bromas dijo que estaba emocionado porque era «la primera vez que hablo en el Vaticano: El Estado más pequeño del mundo, con el hombre más grande del mundo».
«Es un libro en el que nos acaricia, nos abraza, nos contagia la misericordia», aseguró el protagonista de La Vida es Bella. «Es como tener al Papa en el bolsillo: sacas el libro y hablas con él».
Benigni aseguró que se ha leído el libro ya siete veces, y que la obra le ha conquistado. «Francisco está llevando a la Iglesia con todas sus fuerzas hacia un lugar del que casi nos habíamos olvidado. No nos acordábamos. La está llevando hacia el cristianismo, hacia Jesucristo, hacia el Evangelio. ¿Y cómo? A través de la misericordia», aseguró.
En su opinión, «la misericordia es la fuerza que mueve este pontificado, y el Papa va a buscarla entre los derrotados, los últimos de los últimos. Por eso su primer viaje fue a Lampedusa (la isla que recibe decenas de emigrantes cada día), y por eso inauguró el jubileo en Bangui, capital de República Centroafricana, uno de los lugares más pobres del mundo».
El autor del libro, Andrea Tornielli, es uno de los vaticanistas italianos más prestigiosos. «Me intrigaba saber por qué la misericordia ha sido tan importante en la vida de Bergoglio como joven, como sacerdote y como obispo», asegura. Por eso, «el libro aporta la experiencia del Papa , con sus anécdotas y sus recuerdos, y muestra la delicadeza con la que afronta la situación de personas concretas. El Papa habla con el corazón en la mano y llega de verdad al corazón de las personas», añade.