El Papa pide al cardenal Marx continuar como arzobispo de Múnich para resolver «la catástrofe de los abusos sexuales»

Reconoce que «toda la Iglesia está en crisis por los abusos; la política del avestruz no lleva a nada»

El cardenal Reinhard Marx junto al Papa Francisco en una imagen reciente AFP
Juan Vicente Boo

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En una extraordinaria carta hecha pública este jueves, el Papa Francisco da la razón al cardenal Reinhard Marx en su análisis sobre la culpa colectiva de muchos obispos en el encubrimiento de los abusos sexuales de menores, pero le pide que continúe como arzobispo de Múnich precisamente para continuar ayudando a resolverla.

El Papa reconoce que no solo Alemania sino «toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos ; más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis. La política del avestruz no lleva a nada y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual».

En ese marco, según Francisco, « asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y, además, debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual».

Con toda claridad, el Papa dice al cardenal Marx que « estoy de acuerdo contigo en calificar de catástrofe la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo. Caer en la cuenta de esta hipocresía en el modo de vivir la fe es una gracia, es un primer paso que debemos dar».

Coincidiendo igualmente con el lamento del purpurado alemán respecto a otros obispos, añade que «no todos quieren aceptar esta realidad, pero es el único camino, porque hacer 'propósitos' de cambio de vida sin 'poner la carne sobre el asador' no conduce a nada».

Según Francisco, «las situaciones históricas han de ser interpretadas con la hermenéutica de la época en que sucedieron, pero esto no nos exime de hacernos cargo y asumirlas como historia del 'pecado que nos asedia'. Por tanto, a mi juicio, cada Obispo de la Iglesia debe asumirlo y preguntarse ¿qué debo hacer delante de esta catástrofe?».

En un diagnóstico aplicable a otros países, el Papa añade: «Bien decís en tu carta que a nada nos lleva sepultar el pasado. Los silencios, las omisiones, el dar demasiado peso al prestigio de las Instituciones solo conducen al fracaso personal e histórico, y nos llevan a vivir con el peso de 'tener esqueletos en el armario', como reza el dicho».

Por lo tanto, en lugar de encubrir, el Papa considera que « es urgente 'ventilar' esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia, y dejar que el Espíritu nos conduzca al desierto de la desolación, a la cruz y a la resurrección. El punto de partida es la confesión humilde: nos hemos equivocado, hemos pecado», pues «no nos salvará el prestigio de nuestra Iglesia que tiende a disimular sus pecados».

Pide que se quede

El camino es claro: «Nos salvará abrir la puerta al Único que puede hacerlo y confesar nuestra desnudez: 'he pecado', 'hemos pecado'… y llorar y balbucear como podamos aquel 'apártate de mi que soy un pecador', herencia que el primer Papa dejó a los Papas y a los Obispos de la Iglesia».

En cuanto a su dimisión como arzobispo, presentada para poder dedicarse a impulsar la reforma en Alemania, el Papa responde a Marx: « Continúa como lo propones , pero como arzobispo de Munchen und Freising (Múnich). Y si te viene la tentación de pensar que, al confirmar tu misión y al no aceptar tu dimisión, este Obispo de Roma (hermano tuyo que te quiere) no te comprende, piensa en lo que sintió Pedro delante del Señor cuando, a su modo, le presentó la renuncia: 'apártate de mi que soy un pecador', y escucha la respuesta: 'pastorea a mis ovejas'».

Aparte de dirigir la diócesis de Múnich, una de las más importantes de Europa, Marx, que tiene 67 años, es un personaje de peso mundial como antiguo presidente de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (Comece), antiguo presidente de la conferencia episcopal alemana, presidente del Consejo de Economía del Vaticano –que supervisa la secretaría de Economía–, y miembro del consejo de siete cardenales que asesoran al Papa desde 2013 en la reforma de la Curia y el gobierno de la Iglesia universal.

El Papa quiere que Marx siga librando la batalla por la «limpieza» y la ayuda a las víctimas desde su cargo en Múnich y desde los dos cargos en el Vaticano.

El cardenal alemán ha sido el creador del Centro de Protección de Menores que ahora está en la Universidad Gregoriana, uno de los principales organizadores de la primera cumbre de presidentes de conferencias episcopales de todo el mundo contra los abusos, y el creador –con su patrimonio personal– de la fundación «Spe et Salus» para ayudar espiritualmente a todo tipo de víctimas de abusos.

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