El Papa inaugura el Sínodo de la Amazonia, amenazada por «la avidez de los nuevos colonialismos»

Recuerda que «muchos hermanos y hermanas llevan cruces pesadas y esperan la consolación liberadora del Evangelio»

El Papa durante el Sínodo de Amazonia EFE
Juan Vicente Boo

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En la misa de apertura del Sínodo de la Amazonia , el Papa Francisco ha rogado con dolor este domingo que «Dios nos guarde de la avidez de los nuevos colonialismos» que repiten con modalidades nuevas las tragedias de los últimos cuatro siglos en ese territorio. El Sínodo se prolongará durante tres semanas hasta el 27 de octubre, incluyendo, el próximo domingo, la canonización del cardenal británico John Henry Newman .

Por deseo del Santo Padre, las autoridades y representantes de los pueblos indígenas, ataviados con sus plumas y pinturas faciales, ocupaban la primera fila del público en la ceremonia de apertura en la basílica de San Pedro.

Del mismo modo, se dio preferencia a los indígenas en la presentación de las ofrendas de los fieles. Ellos son a la vez los primeros pobladores de Amazonia , los peor tratados y los menos evangelizados: por lo tanto, este es «su Sínodo».

Francisco ha advertido en su homilía que «el fuego aplicado por los intereses que destruyen, como el de la Amazonia, no es el del Evangelio»

Parafraseando un consejo de San Pablo «el mayor misionero de la historia de la Iglesia», al joven obispo Timoteo, Francisco ha advertido en su homilía que «el fuego aplicado por los intereses que destruyen, como el que recientemente ha devastado la Amazonia, no es el del Evangelio. El fuego de Dios es calor que atrae y reúne en unidad».

El fuego del Espíritu Santo renueva e ilumina sin quemar, mientras que el fuego destructor de los incendios «se extiende cuando se quieren sacar adelante solo las propias ideas, hacer el propio grupo, quemar lo diferente para uniformar todos y todo». Era, en cierto modo, una advertencia a quienes intentan sabotear la escucha serena de los laicos y de opiniones diversas, que es una característica esencial del Sínodo.

Impulso misionero

Francisco ha recordado el eje central del Sínodo de Amazonia con unas palabras de la exhortación « Verbum Domini » de Benedicto XVI : «la Iglesia no puede limitarse en modo alguno a una pastoral de ‘mantenimiento’ para los que ya conocen el Evangelio de Cristo. El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial».

Como esta asamblea es particularmente misionera, muchas religiosas estaban en primera fila con las laicas indígenas que participan como expertas, auditoras o invitadas especiales, categorías que junto con la de los «delegados fraternos» de otras confesiones cristianas suman 98 personas que participaran en los debates, sobre todo en los grupos de trabajo, junto con los 185 «padres sinodales».

En este último grupo, el papel central corresponde a los 113 obispos del inmenso territorio de Amazonia, repartido en nueve países, desde el extenso Brasil hasta las tres «pequeñas» Guayanas . Ellos conocen mejor que nadie la situación y sugerirán los mejores modos de evangelizar a los 35 millones de personas que viven en ese territorio -la gran mayoría en ciudades-, y de proteger una selva saqueada por la deforestación y las industrias extractivas, legales e ilegales.

Como preámbulo al trabajo que comienza el lunes, Francisco ha subrayado el sentido de servicio de los obispos, cuya tarea es un don recibido de Dios para regalarlo. Por el contrario, «si nos aprovechamos de él, si nos ponemos nosotros en el centro y no el don, dejamos de ser pastores y nos convertimos en funcionarios: hacemos del don una función y desaparece la gratuidad, así terminamos sirviéndonos de la Iglesia para servirnos a nosotros mismos».

Francisco ha subrayado el sentido de servicio de los obispos, cuya tarea es un don recibido de Dios para regalarlo

Eran palabras duras, pero dichas en tono sereno y constructivo, como la invitación a vivir una prudencia activa pues «la prudencia no es indecisión, no es una actitud defensiva».

Según Francisco, la prudencia es «la virtud del pastor , que, para servir con sabiduría, sabe discernir, sensible a la novedad del Espíritu. Entonces, reavivar el don en el fuego del Espíritu es lo contrario a dejar que las cosas sigan su curso sin hacer nada».

Por eso les ha invitado a pedir al Espíritu Santo , «que hace nuevas todas las cosas, que nos dé su prudencia audaz, inspire nuestro Sínodo para renovar los caminos de la Iglesia en Amazonia, de modo que no se apague el fuego de la misión».

Al margen del texto escrito, Francisco ha recordado que el cardenal brasileño Claudio Hummes , relator del Sínodo, visita siempre los cementerios de los misioneros y misioneras en los pueblecitos de la Amazonia, y opina que deberían ser canonizados por su generosidad.

La palabra «sínodo» proviene de la expresión griega «caminar juntos», y el Papa ha concluido su referencia a los misioneros que reposan en lugares remotos de la selva, con una invitación: «Por ellos, y por quienes están dando allí su vida hoy, caminemos juntos».

También ha recordado que entre los cardenales asistentes a la ceremonia -cuyos ornamentos verdes, junto con los de gran número de obispos y sacerdotes sugerían una pequeña selva amazónica en torno al altar- hay «algunos hermanos cardenales mártires, que han experimentado, en la vida, la cruz del martirio». Entre esos «mártires» -es decir «testigos»- algunos han pagado con largos años de prisión su fidelidad a Jesucristo.

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