El Papa envía trescientas familias misioneras Neocatecumenales a todo el mundo
«Yo me quedo aquí ¡Pero con el corazón, me voy con vosotros!»
El Papa Francisco, emocionado y feliz , ha enviado este viernes 300 familias del Camino Neocatecumenal como familias misioneras a países de todo el mundo, necesitados de evangelizadores. Al despedirse, el Santo Padre les confesó: “Yo me quedo aquí, ¡Pero con el corazón, me voy con vosotros!”.
Como en cada encuentro con millares de personas del Camino , Francisco se sentía muy a gusto, aun sabiendo que Kiko Argüello puede sorprenderle en cualquier momento. El viernes, el iniciador del Camino le advirtió al saludarle: “Yo soy peligroso, Padre… Soy un laico. Y dicen: ¡A este Kiko hay que pararlo!”.
El Papa comenzó dándoles las gracias por haber venido, y saludando especialmente a las familias que se van como misioneras al país que les ha correspondido por sorteo entre las diócesis cuyos obispos han pedido misioneros del Camino.
Sufrimiento y alegría
Muchas de ellas son familias numerosas , con hijos pequeños, y su presencia anima el lugar de destino. Los enviados el viernes forman medio centenar de grupos de familias, para ciudades específicas, cada uno de ellos acompañado por un sacerdote .
Dirigiéndose al Camino Neocatecumenal y a toda la Iglesia, el Papa les advirtió que el demonio «empieza por hacernos creer que somos buenos, quizá mejores que otros. Es la tentación de todas las comunidades y puede insinuarse incluso en los carismas mejores de la Iglesia».
También les invitó hacerse cargo, «con delicadeza y respeto, de todo el organismo eclesial, especialmente de las partes más frágiles, para que todo crezca junto, armonioso y fecundo ».
Al final, les aplaudió por su « hermosos testimonio . Os doy las gracias en mi nombre y también en nombre de toda la Iglesia por este gesto de ir hacia lo desconocido y hacia el sufrimiento. Porque habrá sufrimiento , pero también la alegría de la gloria de Dios, la gloria que está en la Cruz».