El Papa crea un grupo de trabajo para preparar la excomunión formal de todas las mafias

Eleva a los altares a un juez «mártir de la justicia y de la fe» asesinado en Sicilia en 1990

El Papa Francisco este domingo en la plaza de San Pedro AFP
Juan Vicente Boo

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El papa Francisco ha declarado este domingo «mártir de la justicia y de la fe» al juez siciliano Rosario Livatino, asesinado por la mafia siciliana en 1990 y elevado a los altares como beato pocas horas antes en la catedral de Agrigento.

En su encuentro con los fieles para el rezo del Ángelus, Francisco ha destacado que «en su servicio a la comunidad , como juez absolutamente íntegro», Livatino «jamás se dejaba corromper».

Según el Papa, el magistrado «ponía siempre su trabajo bajo la tutela de Dios, y por eso ha sido un testigo del Evangelio hasta su muerte heroica». Francisco ha pedido «que su ejemplo sea para todos, especialmente para los magistrados, un estímulo para ser leales defensores de la legalidad y la libertad».

Livatino fue asesinado por cuatro sicarios de la «stidda», una mafia local paralela a Cosa Nostra, en su propio pueblecito de Canicattí, a media hora de Agrigento, donde prestaba servicio como juez. Tenía solo 38 años.

Sus últimas palabras, muy serenas, fueron «Muchachos, ¿qué mal os he hecho?», según testificó el mafioso arrepentido Gaetano Puzzangaro, uno de sus asesinos. La reliquia mostrada en la ceremonia de beatificación era la camisa ensangrentada, azul a cuadros, que Livatino llevaba aquel día y que había permanecido hasta ahora en custodia judicial.

Justo en la jornada de su beatificación, el Vaticano ha anunciado la puesta en marcha de un grupo de trabajo para estudiar la excomunión formal de todas las mafias. Será especialmente útil en los países en que estas organizaciones criminales suelen disfrazarse con símbolos cristianos, como sucede en Italia, o como hacen muchos narcotraficantes en América Latina.

El grupo de trabajo, constituido en el departamento de Desarrollo Humano Integral que preside el cardenal Peter Turkson, será presidido por Michele Pennisi, arzobispo de Monreale, en las afueras de Palermo.

Entre sus miembros destaca la presencia del presidente del Tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, que fue durante muchos años juez antimafia en Itali, y de la exministra italiana Rosi Bindi, antigua presidenta de la Comisión Antimafia del Parlamento Italiano.

Figuran también el sacerdote Luigi Ciotti, presidente de la asociación antimafia «Libera», y un experto en derecho canónico. El proyecto del grupo de trabajo cuenta con el apoyo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En la homilía de una misa celebrada en Calabria en 2014, Francisco definió a la 'Ndrangheta calabresa, la más poderosa de las mafias italianas, como «adoración del mal y desprecio del bien común» , añadiendo que sus miembros «no están en comunión con dios, están excomulgados».

El grupo de trabajo preparará los textos para incluir en la Teología Moral Social, el Código de Derecho Canónico, el Catecismo de la Iglesia Católica, etc. los principios ya adelantados por los tres últimos papas. Juan Pablo II condenó Cosa Nostra en Agrigento en 1993, y Benedicto XVI hizo lo mismo en Palermo en 2010.

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