El Papa asegura que la reforma de la Curia «seguirá adelante con determinación»

Pide perdón por los escándalos a los empleados del Vaticano

El Papa Francisco preside el tradicional encuentro navideño a los miembros de la Curia romana en el Vaticano EFE

JUAN VICENTE BOO

Ante todos los altos cargos de la Curia vaticana, reunidos el lunes para la felicitación de la Navidad, el Papa Francisco aseguró que la reforma de la Curia que está llevando a cabo «seguirá adelante con determinación , lucidez y resolución, pues la Iglesia siempre necesita reformas».

Francisco afirmó que en esa línea imparable, incluso «las resistencias, el cansancio y los fallos de las personas y los ministros son ocasiones de crecimiento, y no de desánimo».

Así como el año pasado dedicó su discurso de felicitación a alertar sobre «las quince enfermedades de la Curia», el Papa se ha concentrado esta vez en « el catálogo de las virtudes necesarias», entre las que enumeró veinticuatro. Entre ellas mencionó la ejemplaridad «para evitar los escándalos que hieren las almas y ponen en peligro la credibilidad de nuestro testimonio». No hacía falta que mencionase explícitamente el robo de documentos confidenciales por parte del sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y su entrega a dos periodistas italianos , pues el escándalo Vatileaks 2 y el juicio a los cinco presuntos culpables estaba en la mente de todos.

Francisco ha aconsejado cuidar con esmero el propio matrimonio

El Papa se refirió por segunda vez al tema más desagradable de este año media hora después en su encuentro con los empleados del Vaticano, entre los cuales la lealtad es un honor.

Aparte de darles las gracias, el Santo Padre les dijo que «quería también pediros perdón por los escándalos que ha habido en el Vaticano», y les animó a mantener una actitud de «rezar por las personas implicadas, para que quienes hayan cometido errores se arrepientan y vuelvan al buen camino».

Como la mayoría de los empleados están casados, les aconsejó también cuidar con esmero el propio matrimonio, que no es como un armario que se pone en una habitación sino como una planta que hay que regar y cuidar cada día.

Les recordó que el mejor don que se entrega a los hijos no son las cosas, sino el amor de los padres, incluido el amor visible entre ellos, que alegra tanto a los pequeños.

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