El Papa aplaude al joven Joan Roig Diggle, mártir a los 19 años, beatificado en Barcelona
Fue asesinado en el cementerio de Santa Coloma de Gramenet en 1936 por ser miembro de una asociación cristiana
El Papa Francisco ha dedicado un gran aplauso este domingo en la plaza de San Pedro al joven Joan Roig Diggle , mártir de la violencia antirreligiosa en 1936 con solo 19 años, beatificado el sábado en la Sagrada Familia de Barcelona, en una ceremonia presidida por el cardenal Juan José Omella.
Durante su encuentro con los fieles para el rezo del Ángelus en una mañana fresca y soleada, el Santo Padre ha recordado la ceremonia de elevación a los altares y ha pedido a todos «un aplauso para este beato joven y valiente», secundado de modo entusiasta en toda la plaza.
Francisco le ha presentado como «un testigo de Jesús en el ambiente de trabajo , que permaneció fiel él hasta el sacrificio supremo de la vida», y ha pedido «que su ejemplo suscite en todos, especialmente en los jóvenes, el dese de vivir en plenitud la vocación cristiana».
Joan Roig Diggle, hijo de padre catalán y madre inglesa, formaba parte de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña, cuyos miembros tomaron la iniciativa que ha llevado a su beatificación.
Aquella noche del 11 de septiembre de 1936, el muchacho era consciente de que los individuos armados le habían sacado de su casa lo habían hecho para asesinarle pero, como todos los mártires, les perdonó de antemano .
En este caso, el perdón tuvo lugar ante un muro del cementerio de Santa Coloma de Gramene y antes de recibir cinco disparos . Joan les dijo sencillamente: «Que Dios os perdone como yo os perdono».
Joan había estudiado en el colegio La Salle de Barcelona, pero la familia tuvo que trasladarse a Masnou a causa de un revés de fortuna. El muchacho seguía asistiendo a misa, distribuyendo la comunión clandestinamente, y manteniendo contacto con su grupo de jóvenes cristianos, aún sabiendo el riesgo que corría , sobre todo después de la quema de la iglesia de su parroquia.
En la homilía de la misa de beatificación, el cardenal Omella le calificó de « modelo de vida cristiana » para los jóvenes y los adultos por su coherencia, su alegría y su generosidad.
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