El Papa agradece a los periodistas que han dado voz a las víctimas de abusos

Condecora ante todos sus exportavoces a Valentina Alazraki, «la vaticanista de cinco Papas»

Alazraki con el papa Francisco durante un viaje a Colombia en 2017 AFP
Juan Vicente Boo

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En un gesto insólito pero más que justificado, el Papa Francisco ha condecorado este sábado a Valentina Alazraki, la «vaticanista de cinco Papas» desde que empezó a trabajar en la corresponsalía de Televisa en Roma en el lejano 1974 cuando el pontífice era todavía Pablo VI.

Para hacerse cargo de la novedad, baste pensar que no se recuerda que Francisco haya entregado personalmente esta Gran Cruz del Orden de Pío IX, y que ha invitado a la ceremonia a todos sus exportavoces, incluidos la española Paloma García Ovejero , el estadounidense Greg Burke y el italiano Federico Lombardi.

Durante un encuentro inédito, pero de sabor alegre y muy familiar, el Papa Francisco ha comentado que «con este galardón quiero rendir homenaje a quienes trabajáis en los medios de comunicación; deciros que el Papa os estima y os considera preciosos».

En concreto, Francisco ha dado las gracias a los vaticanistas por «contar lo que va mal en la Iglesia, por vuestra ayuda para no esconderlo bajo la alfombra, y por haber dado voz a las víctimas de los abusos».

Francisco ha impartido una profunda lección sobre humanidad y periodismo, «la profesión de quien estudia y trabaja para que se cure lo que va mal». «Vuestra misión es explicar el mundo, hacerlo menos oscuro, hacer que los que viven en él le tengan menos miedo y miren a los demás con mayor conciencia y con más confianza», ha asegurado.

Valentina Alazraki ha explicado a Francisco que le emociona la presencia de tantos «excolaboradores del papa», y que demuestra que «antes que altos cargos son personas con quienes se mantiene una cálida relación humana».

La decana de los vaticanistas es una persona sencilla y cordial, pero su prestigio es tan grande que muchos compañeros la llaman «la Emperatriz» desde que superó el inigualable listón de realizar 150 viajes con los Papas desde el primero de Juan Pablo II, precisamente a México.

Al cabo de 47 años en el complejo territorio del Vaticano, la corresponsal de Televisa no solo es un testigo excepcional de la historia -que ha sabido narrar en numerosos libros-, sino la persona que ha transmitido el mensaje de los Papas al mayor número de espectadores pues la audiencia de su emisora alcanzaba picos de cien millones, sobre todo en la etapa de Juan Pablo II, su amigo del alma.

Francisco la escogió como una de las tres mujeres que tomaron la palabra en la primera cumbre de presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, celebrada en 2019 para afrontar seriamente los abusos sexuales de menores. Alazraki les habló como madre de dos hijas y como periodista , con una fuerza difícil de olvidar.

Junto con la decana, el Papa ha condecorado también al vicedecano de los vaticanistas, Phil Pullella, de la agencia Reuters, un neoyorquino al cien por cien y romano a más del cincuenta al cabo de varias décadas en la Ciudad Eterna.

En el último viaje internacional, el pasado mes de septiembre a Hungría y Eslovaquia, en el que Alazraki no pudo participar, el Papa la recordó cariñosamente en el vuelo de ida y pasó a comentar a los periodistas que «en cambio veo la pista de aterrizaje del vicedecano Pullella», refiriéndose a su calva.

Aunque entonces era imposible, Valentina Alazraki fue la primera periodista televisiva que entrevistó a un Papa «asaltando» por sorpresa a Juan Pablo II en una audiencia general la víspera de su primer viaje a México en 1979.

Su enorme sombrero charro hizo mucha gracia al Papa polaco, que respondió a sus preguntas y, al día siguiente, durante el vuelo celebraría la primera conferencia de prensa papal para continuar la conversación.

En su época de presidenta de la Asociación de Prensa Extranjera de Roma, Alazraki convenció a Juan Pablo II para que visitase la sede y mantuviese un encuentro con toda la prensa internacional.

Gracias al buen entendimiento, consiguió también que el Papa invitase a los periodistas y sus familias a un encuentro veraniego en su residencia de Castel Gandolfo . Fueron más de dos décadas de cercanía entre el Papa y la prensa, que facilitaba discretamente el entonces portavoz, Joaquín Navarro Valls.

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