Un «pantalón» robótico desafía los límites humanos para correr y caminar
El dispositivo podría ser útil en tratamientos de rehabilitación y favorecer la marcha a personas con lesiones neurológicas
Con él se puede caminar, correr a diferentes velocidades y superar obstáculos . No parecen actividades extraordinarias, salvo cuando se ha sufrido un ictus o fallan las piernas por la edad. Entonces cada paso se convierte en una pesadilla. Por eso, la ingeniería lleva décadas trabajando en el desarrollo de robots asistidos, ligeros y autónomos que devuelvan la movilidad perdida .
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El último, pertenece a la Universidad de Harvard y se utiliza como si fuera un pantalón corto. Pesa solo cinco kilos y permite caminar y correr sin apenas esfuerzo. Funciona en un entorno real, más complejo que en un gimnasio de pruebas, según se detalla en la revista «Science». Está pensado para personas con discapacidad, aunque también podría utilizarse para ampliar los límites naturales.
Un algoritmo
El nuevo pantalón robotizado todavía es un poco aparatoso porque se completa con una especie de arnés y riñonera, necesarios para portar un ordenador dirigido por un algoritmo . Pero ha logrado lo que no han conseguido otros dispositivos portátiles similares diseñados para rehabilitación: alternar la caminata y la carrera. Otros competidores no permiten hacer estas dos actividades de manera simultánea porque la biomecánica es muy diferente.
El dispositivo desarrollado por el Instituto Wyss de Ingeniería Biológica logró combinar las dos biomecánicas fijándose en el punto en común que tiene la marcha humana, sea cual sea su velocidad. Ambos pasos se sirven de la extensión de la articulación de la cadera que comienza en el momento en el que el pie entra en contacto con el suelo y necesita más energía para impulsar el cuerpo hacia adelante. Un algoritmo es el que permite hacer la transición casi perfecta entre los pasos, a más o menos velocidad.
El pantalón o traje robotizado funcionó bien caminando cuesta arriba y a diferentes velocidades . Demostró que puede reducir el coste metabólico o la energía necesaria para caminar y correr en un 9,3 y 4 por ciento, respectivamente. Las reducciones «son modestas», reconoció Conor Walsh, director del estudio, «pero hemos demostrado que es posible que un robot portátil ayude en más de una actividad, allanando el camino para que estos dispositivos estén cada vez más presentes en nuestras vidas», aventura Walsh.
Este miniexoesqueleto solo lo han probado personas sin discapacidad . Ahora el Instituto de la Universidad de Harvard «debe demostrar que con personas patológicas la marcha se puede identificar tan fácilmente como se hace con los sujetos sanos», apunta José Luis Pons, presidente científico del Shirley Ryan AbilityLab de la Universidad de Northwesten, de Chicago. Pons, que firma un artículo de opinión en «Science» sobre este trabajo, también cree que estos exoesqueletos, cada vez más miniaturizados, podrían ampliar los límites naturales de una persona sana , asegura a ABC. «Se podrían ampliar los límites naturales de una persona concreta mediante la asistencia que aplica este dispositivo», explica Pons.
Ahora, los brazos
El sistema aún es rudimentario. Pons, experto en neurorehabilitación, cree que es el momento de desarrollar interfaces más sensibles , para interpretar mejor qué quiere hacer el usuario. «La asistencia a la marcha o la carrera es relativamente sencilla porque son movimientos cíclicos muy estereotipados. Hacerlo con los brazos será mucho más difícil».