La pandemia pone a dos millones de personas más en situación de exclusión social
La «inestabilidad laboral grave» ha pasado de afectar al 4,8% de los sustentadores principales de hogares en 2017 al 10,3% en 2020
La pandemia de Covid-19 no solo ha causado estragos a nivel sanitario, también a nivel social. Aparte de las vidas que se ha llevado, ha trastocado muchas otras. La exclusión social ha aumentado de forma muy importante , especialmente aquella más severa. Actualmente, hay dos millones de personas más afectadas por problemas sociales a las que estos ponen en peligro su participación en el conjunto de la sociedad. El total de personas en esta situación es de 11 millones, 6 de ellos en situación de exclusión social severa. Así lo muestra el informe 'Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España', elaborado por Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), impulsada por Cáritas.
En concreto, las situaciones de exclusión social más severas han pasado del 8,6% en 2018 al 12,7% en la actualida d. «La incidencia de los distintos indicadores de exclusión se ha extendido por amplios sectores de la población», expone el informe, que subraya que a día de hoy menos de la mitad de los hogares españoles se encuentran en una situación de integración social plena. El Índice Sintético de Exclusión Social (ISES), que mide la situación de los hogares a la hora de formar plenamente parte de la sociedad, ha aumentado en un 31%. Y son estos hogares los que más desigualdades sufren.
El informe compara las diferencias entre la crisis de 2008 y la crisis de la pandemia. En la primera, dice, los problemas más habituales que conllevaban a la exclusión social fueron los de la vivienda. En esta crisis sanitaria, sin embargo, aunque la vivienda sigue siendo un problema, hay otro mayor: el emple o. El desempleo total familiar afecta a seis de cada diez hogares en exclusión social severa, concluye el estudio. «El aumento de la protección social no ha logrado compensar esta situación y un tercio de estos hogares carece de algún tipo de ingreso periódico, predecible, lo que hace aumentar la incertidumbre y con ella la intensidad de la exclusión social», señala.
Inestabilidad laboral grave
En este sentido, el coronavirus ha provocado una importante reducción del empleo y un empeoramiento de las condiciones de trabajo. La «inestabilidad laboral grave» ha pasado de afectar al 4,8% de los sustentadores principales de hogares en 2017 al 10,3% en 2020.
Además, la pandemia también ha sido causa del aumento de personas que no pueden asumir los gastos sanitarios -dos tercios de los hogares en exclusión severa- mientras que en esta crisis no se han visto tan afectados aspectos como el consumo o la educación, según el informe.
En esta crisis se ha puesto de manifiesto otro factor que lleva a la exclusión social: el apagón digital, que afecta al 35% de la población . Más de 800.000 familias han perdido oportunidades de mejorar su situación en la sociedad a causa de problemas de conexión, de dispositivos informáticos o de falta de habilidades digitales.
Aumenta la brecha de género
La pandemia, dice el informe, también ha tenido negativas consecuencias en las mujeres, aumentando la brecha de género. Los hogares con una mujer como sustentadora principal han visto aumentar su situación de exclusión social más del doble que aquellos en los que la mayor parte de los ingresos los aporta un hombre. En los hogares con una mujer al frente, la exclusión social severa ha llegado al 13,1%, casi el doble que en los encabezados por hombres. Esta situación ha afectado también a los hogares monoparentales.
Así, en 2018 los hogares en situación de pobreza encabezados por mujeres representaban el 21,7% y los encabezas por hombres el 18,7%. En 2021, en cambio, los primeros aumentaron hasta el 28,2% y los segundos hasta el 24,3%.
También los jóvenes han visto aumentar sus situaciones de exclusión social. El informe constata que hay 2,7 millones de personas entre 16 y 34 años afectados por procesos de exclusión social, la mitad en exclusión severa. «Es una exclusión de más intensidad y más multidimensional (especialmente de empleo y vivienda) en la que se juntan las dificultades de sus hogares de origen y sus propios problemas personales (falta de recursos formativos o de experiencia laboral, por ejemplo) para salir adelante en un contexto complicado como el actual», apunta el estudio.
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