Pandemia mal gestionada
En España, con una cifra de fallecimientos por habitantes de las peores del mundo, tampoco cabe la complacencia
Las listas de patógenos potencialmente pandémicos, que formula y actualiza la OMS, incluyen desde hace tiempo a los coronavirus. Junto con otros muchos virus RNA altamente peligrosos, entre ellos los de la gripe o los productores de fiebres hemorrágicas de Ébola, Crimea-Congo y Lassa. No se puede decir por tanto que la emergencia de la COVID-19 en China, la peor pandemia en 102 años , haya sido un acontecimiento inesperado. Pero la gestión sanitaria –tanto internacional como nacional- de esta infección no ha podido evitar que hoy vayamos camino del millón y medio de fallecimientos en todo el mundo.
Las medidas para contener la extensión desde China se tomaron demasiado tarde y mal , los vuelos exteriores desde este país continuaron operativos, cuando muchos de los interiores ya se habían anulado. En estos momentos, expertos de la OMS tratan aún de rastrear con precisión cómo pudo comenzar todo en el gigante asiático y porqué se extendió causando la pandemia.
La Unión Europea, que también mantiene en Estocolmo su propio Centro para la Prevención de Enfermedades Transmisibles (con su lista de patógenos emergentes) lamenta ahora que las cinco mayores economías del continente totalicen doscientas mil muertes. Demasiado tarde, aunque se trate de aprender la lección e implementar nuevas iniciativas de prevención, por cierto con comités asesores sin expertos españoles.
Ahora se apela a una mayor coordinación y cooperación en futuras epidemias, cuando queda claro que la gestión de la actual ha sido diferente en cada estado, sin que tan siquiera se haya compartido la experiencia de cada cual para beneficio de todos. Está claro que muchas cuestiones de Salud Pública no se benefician mucho de una gestión condicionada desde los intereses de cada país u opción política. En España, con una cifra de fallecimientos por habitantes de las peores del mundo, tampoco cabe la complacencia. Está claro que un virus como el SARS-CoV-2, tan altamente contagioso y muy mortífero para algunos segmentos de la población, ha venido a mostrar a la humanidad que se requiere más acierto en le gestión de una pandemia.