¿Qué países trabajan más contra el cambio climático?
Dinamarca, Reino Unido y Suecia son los que más hacen para la protección del clima, mientras que España es el peor situado de Europa en el uso de energías limpias
¿Quién está haciendo más en la lucha contra el cambio climático ? En la semana decisiva de la Cumbre de París las organizaciones Climate Action Network (CAN) y Germanwatch presentaron el Índice de Acción Climática -en el que han colaborado más de 300 expertos- donde ponen cara y nota a lo que están haciendo 58 países que representan el 80% de las emisiones globales. Si bien ninguno de los países analizados hace tanto por el clima como para colarse en los tres primeros puestos, que quedan vacantes, «vemos tendencias globales, que indican que se están produciendo cambios prometedores en algunos de los sectores más relevantes para la protección del clima y que se están dando pasos importantes hacia la transformación del sistema eléctrico», dijo Jan Burck, de Germanwatch y autor del análisis.
Dinamarca (4), Reino Unido (5) y Suecia (6) ocupan los primeros puestos de la tabla. «Los países de la UE siguen estando entre los mejor calificados, pues se benefician de su comienzo temprano en el desarrollo de las políticas climáticas. Sin embargo, ahora que los países de todo el mundo han comenzado a invertir en energías renovables a gran escala, la UE corre el riesgo de quedarse atrás, advierte el estudio. Y España está entre los países que podría estar perdiendo ese tren, siendo el peor situado de toda Europa en cuanto al desarrollo de energías limpias .
España ha bajado 12 puestos en un año y «no se ven perspectivas de mejora»
Nuestro país ha bajado nada menos que 12 puestos (del 29 al 41) en la tabla de 2014 a 2015, y «no se ven perspectivas de mejora», incide Wendel Trio, director de Climate Action Network. La razón para este descenso tan marcado está en que «se ha revertido el apoyo a las energías renovables, incluso con carácter retroactivo e incumpliendo las promesas realizadas a las empresas -explica Trio-, y a que no hay política climática fuera del sector eléctrico, «que es solo una pequeña parte del pastel», matiza Josep Puig, del Grupo de científicos y técnicos por un futuro no nuclear, quien también ha colaborado en el análisis.
«España es un país que va al revés del mundo», explica Puig. «Una vez fuimos pioneros, pero los dos últimos gobiernos se han cargado las realizaciones tecnológicas que nos hicieron ser líderes sobre todo en energía eólica y termosolar». Y apunta que para salir de esta situación España tendría que actuar en la agricultura -con el uso de biocombustibles en la maquinaria -, el transporte -con una electrificación basada en renovables, no en nuclear ni en térmica- y los usos térmicos (dejar de quemar gasoil para dar agua caliente y y sustituirlo por energía solar, ya que es el país europeo con mayor número de horas de sol).
Auge de las renovables
A nivel global, «la intensidad energética de la economía mundial está disminuyendo aún más», explica Jan Burck, de Germanwatch y autor del análisis-. Los próximos años serán cruciales para descarbonizar el sector energético a escala mundial. Los datos para 2013 y 2014 indican que la capacidad renovable instalada es mayor que la que se instaló en carbón , gas y nuclear juntas para esos dos años, según este análisis. Esto, junto a «un declive estructural » de la industria del carbón, con una caída en el consumo de carbón del orden del 2 al 4% en 2015 demuestran que «la descarbonización global está ya en la casilla de salida».
Los dos mayores emisores, Estados Unidos (puesto 34) y China (47), mejoran ambos su clasificación con respecto a años anteriores gracias a sus enormes inversiones en energías renovables y a empezar a aparcar al carbón para la producción de energía. Francia recupera seis puestos y entra en el «top ten» gracias a sus bajas emisiones pér cápita (la más baja del G7) y a su tendencia en la disminución de emisiones. Por su parte, países industrializados como Australia, Japón, Corea y Canadá están en la parte inferior de la tabla.
Por tanto, la descarbonización está en marcha aunque los autores del estudio reconocen que el esfuerzo para eliminar el carbón debe aumentar de forma dramática y que se necesita una señal clara en el precio del carbono para catalizar una eliminación total de todos los combustibles fósiles y una transición al 100% de energías renovables.