Padre Paulino, el capellán de la cárcel con más presos VIP de España
Da apoyo espiritual a todos los presos de Soto del Real, la cárcel que reúne a más reclusos VIP en España. Oriol Junqueras, Rodrigo Rato, Sandro Rosell son solo algunas de las almas que han buscado consuelo
![El padre Paulino, en la puerta del comedor social que dirige en Madrid](https://s1.abcstatics.com/media/sociedad/2020/11/08/padre-paulino-kwVC--1200x630@abc.jpg)
No son ni las diez de la mañana y la fila de personas sin hogar que aguardan pacientemente para recibir una taza de café caliente y un bocadillo a las puertas del comedor Ave María llega hasta la madrileña plaza de Jacinto Benavente. Es la primera mañana verdaderamente fría del otoño, pero el padre Paulino conversa con unos y con otros en plena calle. Este sacerdote trinitario de 58 años vive para los pobres . Para los que se acercan a este comedor social creado en 1611 por san Simón de Rojas y también para otros con menos penurias económicas.
«Para mí el que está preso es el más pobre de todos porque le falta lo más importante que es la libertad». Y por eso su jornada diaria, que arranca muy temprano cada mañana en este comedor, acaba desde hace más de veinte años en la prisión de Soto del Real. Su trabajo en la pastoral penitenciaria le ha servido para que algunos le bauticen como el «capellán anticorrupción» , pero el padre Paulino no quiere saber nada de este apodo. «Me llaman así porque me lo han puesto los medios de comunicación pero yo no soy nada, solo soy el capellán de Soto del Real».
«Mi mejor amigo en la cárcel!»
Su nombre saltó hace algunos meses a la opinión pública después de que Sandro Rosell dedicara los derechos de autor de su libro «Un fuerte abrazo» a la labor que realiza este sacerdote en favor de los reclusos. En la publicación el expresidente del Barça cuenta con detalle los 642 días que pasó en el conocido módulo 10 de Soto del Real y el apoyo que recibió de este capellán, su «mejor amigo en la cárcel». Pero Rosell no es el único «famoso» que ha pasado por el sector VIP de esa prisión. En los últimos años han coincidido allí lo más granado de la vida política y económica de España, como Gerardo Díaz Ferrán, Jordi Pujol Ferrusola, Oriol Junqueras, Ignacio González, Luis Bárcenas o Rodrigo Rato, que consiguió salir el pasado 2 de octubre tras obtener el tercer grado.
Pese a que para el padre Paulino «la vida en prisión es la misma para todos» , ya que «todos tienen que someterse al mismo horario, al mismo sistema y a las mismas situaciones», reconoce que para los presos VIP la adaptación es «mucho más difícil». «No le puede afectar igual a una persona que está acostumbrada a una vida sencilla y normal que a una persona que ha estado viviendo de forma más lujosa o con más comodidades. Es imposible que sea igual», señala. «Muchos de estos reclusos, por ejemplo, no están acostumbrados a dormir con otra persona, a tener que ponerse en fila para recibir su comida y a comer sobre una bandeja de metal. No puede ser igual para nada», insiste.
«Los primeros días necesitan a alguien que les escuche, les dé la mano. En la prisión una conversación es media vida, pero un abrazo es la vida entera»
Eso no quiere decir que el trato no sea el mismo para todos, puntualiza el sacerdote, pero es razonable pensar que los presos VIP al igual que muchas otras personas que entran en prisión por primera vez «necesitan probablemente más acompañamiento» . «Es normal que los primeros días necesiten a alguien que les escuche, les dé la mano o un abrazo porque en la prisión una conversación es media vida, pero un abrazo es la vida entera», apunta.
Pero el capellán insiste en dejar claro que él siempre ha mirado «a todos los reclusos por igual». «Para mí todos son personas en una situación difícil e intento ayudarlos a todos».
Agradecimiento público
Eso es sin ninguna duda una realidad, pero muchos de los presos VIP que han salido de Soto del Real se han encargado de agradecer públicamente la labor que realiza este sacerdote en prisión. Fue también el caso de Rodrigo Rato. El pasado 2 de octubre aprovechó las cámaras que le esperaban a las puertas de la cárcel para dar las gracias a los funcionarios de prisiones y al capellán. Fue el único nombre propio que mencionó. «Quiero dar las gracias especialmente al padre Paulino y a las personas que le acompañan todos los domingos en la misa, que hacen una labor espléndida para todos los reclusos y todos los internos», dijo el expresidente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero el sacerdote intenta restar importancia a estos gestos. «Esto se conoce porque son personas famosas y siempre están rodeadas de cámaras de televisión . Si le pusieran los micrófonos a otras muchas personas que han entrado en prisión un montón de veces dirían lo mismo», dice el capellán con una sonrisa. Sin embargo, en su fuero interno agradece mucho estos reconocimientos públicos. «Recibo con mucha gratitud que me saluden y se acuerden de mí porque demuestra que el trabajo que hago tiene un sentido y sirve para algo , sirve para ayudar a las personas», subraya.
«Mantener la relación de algún modo es recordarles su paso por prisión y eso no es agradable para nadie. Creo que es importante diferenciar las etapas»
Consciente de la huella que el trabajo de la pastoral penitenciaria deja en muchos reclusos, el padre Paulino sigue manteniendo con algunos de ellos una sincera amistad. Es el caso de Sandro Rosell o de Rodrigo Rato. «Tengo amistad con ellos y con todos» , apunta. Pero a la par admite que prefiere «ir cortando el vínculo con el paso del tiempo». «Mantener esa relación con ellos, sea la persona que sea, es de algún modo recordarles su paso por prisión y eso no es agradable para nadie . Creo que es importante diferenciar las etapas. Si no fuera así tendría aquí una cola de los presos normales y de los VIPS para saludarme y escribirme», señala.
«Todos necesitamos una mano amiga»
La máxima del padre Paulino es que «todos necesitamos una mano amiga». Él la tiende todos los días a aquéllos que no tienen bocado para llevarse a la boca y también a los que han perdido lo más importante: la libertad. Comparte ese afán con el Papa Francisco, de quien se declara «un gran admirador» . «Francisco es una persona que ha entendido el mensaje de Jesús. No podemos presentar una Iglesia que se olvide de los más débiles, de los que no cuentan», afirma.
Vivir pegado a la realidad ha convertido al padre Paulino en un sacerdote «feliz». No lo esconde. «No cambiaría ahora lo que hago por nada. Seguiría siendo capellán de prisiones y atendiendo el comedor. Va con el carisma de nuestra orden trinitaria que es la redención de los cautivos. Todos somos cautivos y necesitamos liberarnos de muchas cosas».