LA MEJOR GENERACIÓN DE ESPAÑA
Pablo Vidarte, 25 años, presidente y fundador de Bioo: «Podremos vivir indefinidamente»
Emprendedor y genio. Entró en la lista Forbes a los 20 años. Su empresa, Bioo, es una de las 50 más innovadoras de Europa según el Parlamento Europeo y en 2016 Google y el South Summit la distinguieron como la más disruptiva del año.
-Pablo, que dicen que por ser joven eres pobre, víctima e idiota.
-Cuando empecé vi que por ser joven me trataban peor, y más en España.
-¿Víctima?
-No soy de echarle la culpa a la sociedad. Hay que mirar a los problemas de cara y afrontarlos con tus bazas.
-¿El mundo es injusto?
-Lo es por naturaleza. Pero hay que luchar por lo que crees.
-Es mejor que frustrarse.
-Hay que marcarse grandes objetivos y mejorar los que nos dejaron.
-¿Cuándo notaste la diferencia entre tú y el mundo?
-A los 8 años. Quería aprender cosas que no sabía hacer. Me compré un teclado. Antes me lo había dibujado en la mesa y ya había compuesto algunas canciones. También comencé a programar por mi cuenta.
-Crear el videojuego perfecto.
-Quería crear un juego que tuviera todo lo que a mí me gustaba pero no sabía programar.
-Aprendiste por internet.
-En páginas y vídeos que explicaban cómo hacerlo. Luego me sirvió para los proyectos de inteligencia artificial que fui haciendo ya más adelante.
-Lo que cuesta calmar la angustia.
-Es impaciencia. El gusto por los retos imposibles.
-Imposibles para los demás.
-Incluyendo a mis amigos. Yo los veo posibles, y los acabo haciendo.
-¿No puedes estarte quieto?
-Eso me pide mi madre, que me suele dar ideas para que no haga cosas.
-Querías estudiar cine.
-Y me gustaba hacerlo todo yo: el guion, la animación y la dirección. También me gustaba ser actor. Por un cortometraje me dieron un premio en Cambridge y una beca en una muy buena academia de cine en América.
-Pero tu padre.
-Me dijo que no estudiara cine, que no daba dinero.
-Y no estudiaste cine.
-Pero cuando empecé a crear empresas, grababa yo mismo los anuncios para conseguir financiación.
-Con uno levantaste 120.000 euros.
-Cada materia que he tocado y me ha apasionado, ha acabado sirviéndome para multitud de cosas en el futuro.
-No le daba miedo la dispersión.
-El miedo lo tenían los que me veían hacer estas cosas. A mí me parecía absurdo que me dijeran que saber hacer más cosas iba a perjudicarme.
-¿Y en el colegio?
-En secundaria nos hicieron un test de capacidad y en mi informe les faltó poco para decir que era subnormal.
-Entraste en la lista Forbes a los 20 años. Tu empresa, Bioo, es una de las 50 más innovadoras de Europa según el Parlamento Europeo y en 2016 Google y el South Summit la distinguieron como la compañía más disruptiva del año.
-Bioo nació de un sueño que tuve muy de cuarto milenio. Vi una sociedad en un sitio idílico que se nutría de la propia naturaleza, sin dañarla.
-Te despertaste a las 3:00.
-Y lo primero que hice fue dejar de ir a la universidad.
-Investigaste por tu cuenta.
-Tenía experiencia en software, motores y otras disciplinas técnicas, pero la biotecnología era un mundo nuevo y crear un equipo era crucial.
-Tus amigos.
-Primero se echaron unas risas, pero cuando les conté que se podía hacer electricidad tratando la naturaleza como un panel solar, y cómo se podía llegar a ello, les pareció una buena idea.
-Creaste un equipo de voluntarios.
-Incluyendo ingenieros, nanotecnólogos y expertos de diferentes ramas, y durante un año, en los ratos libres, trabajamos en prototipos.
-¿De qué?
-Biorreactores.
-Ya empezamos.
-Lo que hacemos es obtener la energía que se genera en cualquier terreno natural con tierra y los microorganismos que la habitan. Estos se comen la materia orgánica, cosa que pasa cada instante en cualquier campo, jardín o parque, y liberan electrones en el proceso. Nosotros lo que hacemos es captarlos con nuestros sistemas antes de que se pierdan en forma de calor. Como una batería que se cargara enchufándola al suelo pero sin nada artificial.
-Un paso más.
-Es crear un sistema capaz de funcionar en la naturaleza, que ya hace estos mismos procesos, y sin dañarla. Requiere de una tecnología diferente, y mucho más resistente a entornos abiertos, pero la base es similar.
-¿De qué sirve?
-Produce energía día y noche, de forma constante, y empleando lo único que podemos controlar, que es el terreno, sin depender de que haya viento o sol. Absorbe CO2 de forma natural. El residuo es agua y sirve para ahorrar en el riego.
-La naturaleza.
-Hay que cuidarla pero hay que volverla eficiente, útil para nosotros.
-La próxima revolución, la energía.
-Lo sustancial no es el dominio de la energía, sino el dominio de la lucha contra el caos.
-Ser capaz de ordenar lo que el universo no es capaz de ordenar.
-No es por casualidad que hallamos belleza en las cosas simétricas. Cada revolución beneficiosa para la Humanidad pasa por ordenar. Y que el sistema sea cada vez más armónico.
-La senescencia programada.
-Es el siguiente paso: luchar contra la propia programación de envejecer a los X años. El envejecimiento es un ciclo muy útil desde el punto de vista evolutivo pero no es necesario.
-Emortalidad.
-Vivir virtualmente inmortales, que no significa ‘en un mundo virtual’, sino que en un futuro no muy lejano podremos vivir indefinidamente. Si bebemos veneno o nos disparan, moriremos, claro, pero no envejeceremos.
-Vivir para siempre es aburrido.
-No hay nadie que esté bien y quiera morirse. Morir no está en nuestro instinto. No se trata de aguantar más como viejo sino de mantenerse joven.
-¿Tú esperas vivir 500 años?
-Yo tengo planes a 5.000 años vista, y no porque me quiera morir a los 5.000, sino porque aún no he pensado qué hacer después. Cuando la podamos controlar, la muerte será una herramienta genial, incluso para viajar en el tiempo. Pronto seremos cada uno de nosotros los que elijamos cuándo somos los que queramos ser.
-Y luego está lo del fútbol femenino.
-De fútbol siento declararme analfabeto. En el ajedrez, que controlo más, el género ni siquiera es un dilema. Prefiero los equipos mixtos, en cualquier deporte, que las disgregaciones.
-Por no hablar de Rociíto.
-No veo la tele y me da absolutamente igual la vida de esta señora.