Ómicron devasta Hong Kong tras escapar al control del Gobierno
Los casos se disparan y dejan el sistema sanitario del territorio, uno de los que mejor habían controlado la pandemia, al borde del colapso
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El ansiado final de la pandemia parece cada vez más cerca, pero sus devastadoras consecuencias todavía penden amenazantes. Las calles de Hong Kong dibujan estos días el último escarmiento generalizado. Un nuevo rebrote de Ómicron ha reventado las defensas de uno de los territorios que mejor habían controlado el virus , llevando su sistema sanitario al borde del colapso y dejando escenas que pertenecían, en apariencia, al pasado.
En las últimas 24 horas Hong Kong ha registrado 6.116 nuevos contagios , por encima de la cota de ayer –ya de por sí alta– (4.285), pero por debajo de la que se teme mañana. Los fallecimientos también han aumentado: de 9 a 24 víctimas, entre ellas una niña de tan solo tres años sin patologías previas. El cómputo total de casos desde enero alcanza 16.600 , poco menos que la mitad de los 35.000 detectados desde el comienzo de la pandemia, 250 de ellos con desenlace fatal, cantidad todavía muy inferior a la de otras grandes urbes.
La tasa de ocupación de las camas de hospital supera el 90% . Ante tal saturación, algunos centros no han tenido más remedio que disponer algunas de ellas en el exterior, pese a las bajas temperaturas y precipitaciones ocasionales. El tiempo de espera para el acceso a los servicios de emergenci a ha llegado a superar las ocho horas . En un hospital designado para el tratamiento de enfermos de Covid, un guardia de seguridad apostado allí afirmaba que los pacientes tienen que esperar hasta cinco días antes de obtener su resultado y ser aislados en caso necesario, según declaraciones recogidas por la agencia de noticias Reuters.
«Dado el alto número de casos necesitamos acelerar la admisión a hospitales e instalaciones de cuarentena», ha comentado el vicesecretario de Salud Chui Tak-yi, «el Gobierno está tratando de solucionar estos atascos». La jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, adelantó ayer por la noche que el acondicionamiento de 10.000 habitaciones de hotel para la atención de infectados ya ha comenzado.
Hong Kong representa el ejemplo de lo que sucede cuando las autoridades pierden el control de la pandemia . En particular tras endurecer su estrategia y replicar la tolerancia cero del Gobierno chino con el propósito de retomar la comunicación con el continente, algo que todavía no ha sucedido y que, a la luz de la evolución de los hechos, tardará en suceder . La excolonia británica se encuentra ahora atrapada en un punto intermedio: su modelo no es lo suficientemente restrictivo para cortar la transmisión del patógeno, pero tampoco está preparado para pasar a una etapa de convivencia centrada en la vacunación . Hasta la fecha, dos tercios de sus 7,4 millones de habitantes han recibido la pauta completa.
Pese a los estragos causados por el rebrote, Carrie Lam ha apostado por mantener su política actua l, asegurando que «la ciudad no puede rendirse al virus». El Ejecutivo local descarta de momento imponer un confinamiento domiciliario, aunque ya prepara otras medidas. Medios hongkoneses han apuntado que las autoridades estarían organizando un testeo obligatorio para el próximo mes de marzo, con multas por valor de 10.000 dólares hongkoneses (1.130 euros) para aquellos ciudadanos que no participen, pero Lam no se ha pronunciado al respecto.
La situación en Hong Kong, donde al caos sanitario se suma el desabastecimiento de los supermercados en días venideros, contrasta con la normalidad al otro lado de la frontera terrestre con China continental. Allí, el exhaustivo protocolo vigente desde marzo de 2020 ha sofocado con casos mínimos cada nuevo rebrote, incluso de ómicron. Esto ha permitido la asunción de retos como la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, los cuales tienen lugar en el interior de una burbuja aislada del resto de la población.
Xi Jinping expresó ayer su inquietud ante la evolución de la pandemia e indicó que normalizar la situación supone la «misión prioritaria» del Ejecutivo local. Este «debe movilizar todo el poder y los recursos para tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la salud del pueblo de Hong Kong, así como la estabilidad de la sociedad». Sus instrucciones aparecieron en la portada de los diarios prochinos ‘Wen Wei Po’ y ‘Ta Kung Pao’. El resto de noticias advierten, en cambio, de que el fin de la pandemia es un escenario todavía lejano en Hong Kong.
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